La esperada secuela de The
Last of Us protagonizó gran cantidad de artículos varios meses antes de su
lanzamiento. A veces por motivos ajenos al juego, como la filtración de
aspectos de su trama, mientras que en otras ocasiones se aludían a los propios
personajes, como el beso de Ellie y Dina.
Que los trogloditas de turno ya venían mosqueados desde el
tráiler del beso quedó claro cuando el día de lanzamiento aparecieron cientos
de críticas negativas.
Asesinar a diestro y siniestro = guay
Incluir relación
homosexual = obligar al jugador a pasar un mal rato y politizar los videojuegos.
Lo mejor es que si hubiesen jugado al título de Naughty Dog
y descubierto que había un transexual paseándose por ahí como si tal cosa, el 0
les habría parecido mucha nota.
Al margen de las tonterías de cada uno con respecto a la orientación
sexual de las protas, otro grupo de jugadores ha tenido un gran problema con el
argumento en sí mismo, llegando a formalizar una petición para que el estudio
estadounidense rehaga el juego.
Lo mismo que ha ocurrido en cine y televisión con la última
trilogía de Star Wars y Juego de
Tronos acaba de tener lugar en los videojuegos con The Last of Us Parte II.
¿La diferencia? Pues que la secuela
escrita por Neil Druckmann y Halley Gross pasará a la historia de los
videojuegos como una obra maestra.
A partir de aquí habrá SPOILERS sobre el argumento del
juego. No continúes leyendo si aún no has completado la campaña.