Dom Hemingway es una película inglesa independiente protagonizada por Jude Law. Una comedia negra del mundo criminal londinense.
Tras pasar los últimos 12 años en prisión por mantener la boca cerrada y no delatar a su jefe, Mr. Fontaine (Demian Bichir), Dom Hemingway (Jude Law), un ladrón experto en abrir cajas fuertes, está de vuelta en las calles de Londres para cobrarse el favor. Durante su estancia en prisión Dom ha perdido a su mujer a causa del cáncer y su hija le odia. Ahora tiene una oportunidad para cambiar su suerte, pero no le va a ser sencillo.
Es curioso como las cosas pueden cambiar según el enfoque que le des. Con una sinopsis así podríamos estar ante un dramón muy violento con tiroteos, ajustes de cuentas y un personaje atormentado marcado con escenas grises y poco luminosas. Este no va a ser el caso. De hecho las escenas de la peli son muy coloridas, incluso las escenas en Londres son soleadas y eso que los ingleses no tienen mucho en sus tierras.
Desde el primer segundo Dom va a dejar claro que tipo de persona es y como afronta la vida. Con una primera escena de Dom muy directa, la palabra arrogante se queda corta.
Dom, aunque parezca mentira, no es insensible. Le gustaría cambiar el pasado y los errores cometidos, pero sabe que si quiere cambiar las cosas de verdad tiene que vivir en el presente.
La habilidad e ingenio que tiene para lanzar frases lapidarias y abrir cajas fuertes, brillan por su ausencia cuando elabora alguno de sus planes.
La duda de cómo Dom ha logrado sobrevivir siendo como es queda resuelta al conocer a su mejor y único amigo Dickie (Richard E. Grant). El encargado de salvarle el culo y suavizar la situación (a veces imposible).
Uno de los múltiples momentos que dejan estos dos amigos es cuando, tras bastantes minutos de película, el espectador se da cuenta de que Dickie tiene siempre una mano enguantada que nunca mueve. Como es normal, sabemos que le falta una mano. Salvo Dom. Él se asombra al descubrirlo mucho después y Dickie le pregunta por qué cree que llevaría siempre una mano enguantada que no mueve. Dom que ha pasado 12 años en la cárcel le contesta: "Creí que se trataba de una moda nueva que no entendía".
Dom Hemingway es una película con frases muy bestias y con mucha gracia, lástima que la historia de bajones ha medida que avanza.
Lo primero que pensarás al empezar a verla será: What the hell is happening here? Y Dom a lo suyo. Él es como es.
Si tu única motivación para ver la película es que sale Emilia Clarke (Daenerys en Juego de Tronos) déjalo. Interpreta a la hija de Dom y su papel es muy secundario. Más secundario, aún, es el papel de Nathan Stewart-Jarrett (te sonará su cara si has visto algo de Misfits).
¿Merece la pena conocer a este gañán inglés? Sí.
¿Merece la pena pagar el precio de una entrada (muy caras y estamos crisis)? No tanto, si el humor de la peli no va contigo.
Y si algo se aprende de Dom es que a veces para conseguir lo que te pertenece no queda más que robarlo.
Como dice Dom: "Propiedad es un término relativo para un ladrón".
No hay comentarios:
Publicar un comentario