13 may 2014
El Viento se Levanta. El adiós del Maestro.
La última película de estudios Ghibli y de su máximo exponente y fundador, Hayao Miyazaki, es una obra hermosa, triste y visualmente placentera, al mismo tiempo que ha desatado la polémica por todo el mundo (especialmente en Asia).
El viento se levanta cuenta la historia de Jiro Horikoshi un joven que desde niño sueña con volar y diseñar hermosos aviones. Preocupado por sufrir de miopía y, por lo tanto, impedido para pilotar, decide convertirse en ingeniero aeronáutico inspirado por la figura del famoso ingeniero aeronáutico italiano Caproni. En 1927, comienza a trabajar para una gran compañía aeronáutica japonesa y se convierte en uno de los más innovadores y vanguardistas ingenieros del mundo.
En la película se cuentan sucesos ocurridos en Japón en esos años y cómo afectan a la población: el terremoto de Kanto en el 23 (uno de los momentos más espectaculares que muestra por qué Japón es el número uno en animación), la gran depresión (con bancos cerrando y la gente perdiendo todo su dinero, algo raro hoy día), la epidemia de tuberculosis que asoló el país y la entrada en la Segunda Guerra Mundial.
El personaje de Nahoko introduce en la película el elemento poético y romántico que tan bien sabe gestionar Miyazaki en sus historias. El maestro no necesita 2 horas para desarrollar una historia de amor. Con 20 minutos le sobra para conmover al público (sin entrar escenas de lágrima fácil).
¿Y la polémica?
La película se basa en la novela corta El Viento Se Levanta. Debemos Tratar de Vivir del autor Tatsuo Hori y en el manga del propio Miyazaki que cuenta la vida de Jiro Horikoshi, el hombre que diseño el Mitsubishi A6M Zero, conocido como Zero, el avión que atacó Pearl Harbor durante la Guerra del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, entre otras cosas.
El Zero fue el caza más letal de la IIGM, tanto que las órdenes eran: Nunca te pelees con un Zero. Alcanzaban velocidades muy superiores a las del resto de los cazas de los aliados convirtiéndolos en casi inalcanzables.
¿Por qué el pacifista y ecologista Miyazaki que en todas sus películas (infantiles y adultas) resalta valores antibelicistas, convivencia con la naturaleza, la amistad y el amor, le dedica su última peli a este sujeto?
Como suele ocurrir, si ves la peli y le prestas un mínimo de atención, verás que Miyazaki no se ha vuelto loco. Sus mensajes contra la guerra (aunque en segundo plano) se repiten en varios momentos de la película.
En una de las primeras escenas encara el asunto. En el primer sueño de Jiro con Caproni, éste le dice que los aviones no son para la guerra ni para hacer negocio sino hermosos sueños. Cuando la guerra acabe transportarán personas.
Jiro es un joven víctima de las circunstancias. Si quieres construir aviones y la armada y el gobierno financian los proyectos no puedes hacer más.
Es cierto que Miyazaki mezcla a Jiro con el autor Tatsuo Hori, tomando el título de su novela como frase simbólica para la película, creando al Jiro protagonista.
La película ha recibido críticas por todos lados. En tanto los partidos de derecha como de izquierda han criticado a Miyazaki. Los conservadores se han tomado como un ataque a la propuesta del ministro conservador, Shinzo Abe, de revisar la constitución pacifista japones (Abe quiere tener un ejército, basicamente) y, también, la han tachado de izquierdista por no maquillar aspectos del pasado de Japón en la Guerra que se quieren olvidar y decir que nunca existieron (estos japoneses se nos parecen más de lo que creía).
Miyazaki contestó diciendo sentirse horrorizado por la falta de sentido histórico y convicciones por parte de sus líderes políticos.
La izquierda por su parte lo tachó de fomentar el sentimiento belicista e imperialista. En la película no observé esa parte, la verdad.
No creo que Miyazaki sea tonto. Conoce la historia de Japón y sabe qué hizo el ejército japonés y por qué. Si lees libros como The Rape of Nanking de Iris Chang o películas como City of Life and Death y, la más reciente, Flowers of War sabes que no existe calificativo para lo que hizo el ejército japonés. De hecho, no hay calificativo para los actos de guerra.
La película no alaba a Jiro como creador del Zero, sino el símbolo de Jiro y la revolución tecnológica.
En la peli Japón es un país subdesarrollado a 20 años de distancia de los países europeos, tecnológicamente. Son una mano de obra eficiente que sólo puede seguir los pasos de las potencias vanguardistas. Ese es el tema de la película, cómo unos jóvenes en un país atrasado, atado a las tradiciones y a la forma tradicional de hacer las cosas sin introducir ningún cambio (atentas/os a la conversación de Jiro y Honjo cuando se está llevando la reconstrucción tras el terremoto) introducen nuevas ideas y formas de entender el mundo que los lleva a superar a países que les llevan muchos años de ventaja en industrialización.
Las conversaciones de Jiro y Honjo ponen de manifiesto esta crítica a los viejos que llevarán a Japón a la destrucción aprovechándose del esfuerzo de los jóvenes que sólo quieren mejorar su país. En estos momentos seguimos viendo al Miyazaki antibelicista.
En esta película a través de la figura de Jiro, Miyazaki hace su homenaje a las personas que con sus ideas en diferentes campos han llevado a su país, a pesar de sus caídas, a una posición de potencia mundial. Por supuesto, la animación es uno de estos campos.
Por otro lado, me resulta curioso que al ser una película sobre un ingeniero japonés (perdedores de la guerra) todo es polémica y si es un libro como Ingenieros de la Victoria. Los hombres que cambiaron el destino de la Segunda Guerra Mundial, es una historia de héroes sobre ingenieros que diseñaron modelos para superar al Zero. Como si estos cazas no hubiesen bombardearon barrios obreros alemanes para matar a los trabajadores e impedir la fabricación de armamento nazi.
Ya se sabe: Los ganadores salvan y los malos masacran.
Cada vez que veo una película de animación, casi siempre japonesa, me pregunto cuándo nuestra industria fomentará esta área al igual que Japón y Estados Unidos donde tienen su hueco tanto comics como largometrajes. Aquí la animación se resume a un director de renombre haciendo una película sosa y llevándose su Goya.
Aunque con el pensamiento: ¿Dibujos? Eso es pa niños, la cosa va para largo. Y luego pasa lo que pasa.
En Japón serías mangaka y en EEUU podrías elegir editorial. En España comerás mierda.
Espero que algún día este y otros sectores puedan levantar cabeza en nuestro país.
Confiaremos en que en algún momento el viento se levante.
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