AVISO: Memories Of Murder es su mejor película (el resto no son malas, pero si comparas es complicado superarla) y si no la has visto, déjalo todo y hazte con ella. No hay de qué.
El tren que nos salvará.
No te dejes engañar si ves Snowpiercer y eres de los que dice: "Yo no veo cine extranjero y, menos, coreano", vas mal. Estás ante una película coreana con disfraz.
Ya lo sé. Hablan en inglés y salen Chris Evans y Jamie Bell, pero es coreana. Se siente.
Snowpiercer es la adaptación del comic francés La Transperceneige, primer volumen (1982). La historia se sitúa en un futuro distópico (2031, no muy lejano) donde la tierra ha acabado en una nueva edad de hielo tras un fallido experimento que intentaba luchar contra el calentamiento global. Como dirían nuestros políticos: "No ha sido una catástrofe, el plan ha funcionado demasiado bien".
Los únicos supervivientes se encuentran a bordo del "Snowpiercer", un gigantesco tren con un motor de energía perpetua en constante movimiento alrededor de la tierra. Dentro del tren hay establecido un sistema de clases: los pobres (mayoría), en la parte final del tren y los ricos (unos pocos), en los vagones de delante.
Curtis (Chris Evans) uno de los ocupantes de los vagones de cola, lidera una rebelión para tomar el tren, conseguir una vida mejor para su gente y enfrentar a Wilford, el jefazo e inventor del Snowpiercer. En su viaje a lo largo del tren le acompañan Edgar (Jamie Bell), Tanya (Octavia Spencer) y el ingeniero Namgoong Minsu (Song Kang-ho) y su hija Yona (Go Ah-sung).
A medida que avanzan por el tren se dan cuenta de cómo viven los ricos, resaltando, más si cabe, la miseria de su vida en los vagones de cola. Como es de esperar, hay misterios en torno a la figura del tren que se van desvelando conforme Curtis avanza en su camino al vagón de cabeza.
La película tiene sus momentos de "humor negro coreano" (situaciones dramáticas donde meten una gracia y no puedes evitar reír, un poco. Sabes que está mal) como la escena en la escuela de los niños de primera clase, tanto por estética como por la conversación hace gracia y las caras de Curtis y su grupo hablan por sí solas ante el espectáculo.
No deja de ser una crítica a determinados sistemas educativos y a los medios de comunicación y su manipulación.
Snowpiercer usa la excusa de un futuro apocalíptico para presentarnos una distopía. Un tren repleto de críticas a la sociedad actual (el lado negativo, obviamente) representadas por cada vagón. Hay algunas más sutiles que otras. Una de las primeras, "muy sutil", hace referencia a la comida. Los ricos siguen consumiendo carne, frutas e, incluso, sushi. Mientras que los pobres se alimentan con raciones de una especie de gelatina que hace de complejo vitamínico. Se pelean por conseguirla y les encanta como a nosotras/os las hamburguesas. La comida basura de la distopía.
Eso sí, la diferencia entre su comida basura y la nuestra es que en Snowpiercer descubren de qué está hecha y como será la cosa que la reacción del personaje de Chris Evans es: "No se lo digas a nadie". Una secuencia que te hace pensar en las colas que se forman en los establecimientos de la llamada comida basura.
El peso de la película se lo reparten Chris Evans y Song Kang-ho. Conversan a través de un aparato traductor ya que el personaje de Evans habla inglés y el de Song Kang-ho coreano. Unos momentos muy curiosos.
Chris Evans se aleja del personaje del Capitán América y de las grandes superproducciones de Hollywood. Está bastante bien que en pleno huracán Marvel elija otro tipo de papeles como éste o el de la película de The Iceman para evitar encasillamientos futuros.
En algún momento de la película pensaremos en que sería buena idea de que se pusiese el traje del capitán y repartiese un par de hostias bien dadas a más de uno, pero no.
La película es una película distópica diferente con varios detalles y momentos curiosos. Prestad especial atención al personaje Mason, no tiene desperdicio.
No va a ser la película del año, pero da un poco que pensar sobre la naturaleza humana, la supervivencia y el vale todo para avanzar.
No sé si seré la única, pero cada vez que veo una peli de este tipo, los comportamientos no me parecen tan lejanos e irreales.
¡Todos al treeeeen!
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