Guerrilla vuelve a adentrarnos en el universo Horizon con una secuela que expande su lore, mundo y jugabilidad de forma abrumadora.
El estudio holandés ha tirado de la premisa clásica: la segunda parte debe ser más todo que la primera. Cuando se anunció Horizon Forbidden West como título representativo de PS5, había temor a que se tratase de una especie de Miles Morales; un título de corta duración que sirviese de enlace para una segunda entrega en condiciones.
Sabemos desde hace tiempo que la nueva aventura de Aloy es un título completo, pero nada hacía presagiar que fuese tan gigantesco.
5 años han transcurrido desde los sucesos ocurridos en Horizon: Zero Dawn y su expansión, The Frozen Wilds. Aloy ha continuado explorando para descubrir nuevos datos sobre lo ocurrido en el pasado y las amenazas que afronta su presente. Una extraña epidemia está extendiéndose por su tierra, lo cual la llevará a adentrarse en el Oeste prohibido, zona que podría dar respuesta a este mal.
Aloy no ha permanecido de brazos cruzados, y eso se nota en sus nuevos movimientos (escalada, buceo, deslizamiento y planeo) y armamento.
Los arcos siguen siendo el arma principal, pero también se ha potenciado el combate cuerpo a cuerpo añadiendo nuevos combos a la lanza. Las máquinas y enemigos humanos no son pocos. Tocará echar mano de estrategia, trampas, sigilo y análisis para saber qué munición es más efectiva en cada enfrentamiento.
Todo ha ido a más en Forbidden West. Hay más armas, muchas más mejoras, nuevos enemigos y estados alterados, mapa inmenso y personajes secundarios con ganas de encargarnos una cantidad ingente de misiones secundarias. Tampoco conviene olvidar que dispone de un coliseo y zonas de caza para poner a prueba nuestras distintas habilidades.
Demasiadas cosas que hacer en un mapa que nos llevará a recorrer largas distancias a pie o con montura. Existe el viaje rápido, pero este penaliza consumiendo recursos, cosa que no conviene.
Su árbol de habilidades no se queda atrás, y asusta con solo echar un vistazo a las opciones disponibles a la hora de potenciar a Aloy.
Guerrilla se ha tomado en serio lo de dar un paso más lejos de lo visto en su primera entrega, y lo ha traducido en llenar el mapa de actividades. Hay un precio a pagar, pues la historia principal es la que ofrece mayor variedad de misiones y se vuelve demasiado interesante como para dejarla de lado. Todo los encargos y actividades secundarias se convierten en un decente endgame que deparará decenas de horas a quienes busquen limpiar el mapa del oeste.
Completar la trama principal de Horizon Forbidden West supone unas 30 horas, pero esta cantidad se dispara de forma descontrolada en cuento te pones a hacer un puñado de misiones secundarias.
Aunque la ingente cantidad de encargos secundarios caiga en cierta repetición con el paso de las horas (ir a tal lugar y acabar con tal máquina), lo cierto es que sus interesantes NPCs consiguen que nos importen. El Oeste Prohibido está habitado por distintas tribus con su propia cultura, vestimenta y problemas, enriqueciendo nuestro periplo por su peligroso territorio.
El doblaje al español ayuda mucho en dotar de vida a sus personajes. Michelle Jenner vuelve a interpretar a Aloy, lo que ya garantiza una actuación de máximo nivel. El resto del elenco está a la altura de su protagonista y nos sumergen con facilidad en su hábitat.
Horizon Forbidden West se toma al pie de la letra el dicho de cuanto más, mejor. Quienes ya se sintiesen abrumados por la primera aventura, su andadura por el oeste no les va a hacer cambiar de parecer. Pero quienes disfrutaron de la trama y jugabilidad de Zero Dawn, dispondrán de muchísimas horas de combates, diálogos y exploración.
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