5 feb 2019

Burning. Hambre de supervivencia

Lee Chang-dong vuelve al cine tras un parón de 8 años, durante el cual ha sido Ministro de Cultura en Corea del Sur, para adaptar Barn Burning, una historia corta de Haruki Murakami.

Chang-dong utiliza la esencia de la historia de Murakami, la mezcla con la obra de William Faulkner (también tiene una novela titulada Barn Burning, precuela de la trilogía Snopes) y la convierte en Burning (Beoning), una película de dos horas que habla sobre cómo sobreviven los jóvenes en la sociedad surcoreana de hoy día.

Póster promocional de Burning
Jong-su (Ah-in Yoo), un joven que sobrevive realizando todo tipo de trabajos precarios por su ciudad, se reencuentra con Hae-mi (Jong-seo Jun), una antigua vecina del pueblo. Entablan amistad y la joven le pide que cuide de su gato mientras se va de viaje a África. A su regreso, Hae-mi vuelve acompañada de Ben (Steve Yeun), un joven rico y misterioso con un extraño pasatiempo.

Sobre el papel, Burning bien podría ser una comedia romántica con una historia mil veces vista: chico se reencuentra con chica que le gusta, chica solo lo ve como amigo, chica conoce a otro chico, chicos compiten por amor de chica, etc, etc. Pero esto es cine coreano y es Lee Chang-dong, por lo que es mejor olvidarse de todo, incluso los buenos modales.

En solo 5 minutos, ya es posible que veas algo que nunca habías visto hacer en una pantalla. A pesar de las profundas reflexiones de los personajes, se retrata a la gente con normalidad y eso implica comportamientos del mundo real, por lo que en el primer diálogo vemos a la bonita Hae-mi soltar dos gargajos con total naturalidad. Un detalle sutil, pero avisa de que este tipo de cine no tiene interés en idealizar nada, y se dedica a destrozar los modelos de conducta preconcebidos.

No es la primera vez que Chang-dong agarra una historia que a primera vista podría ser algo superficial, y la convierte en algo que aporta mucho más una vez vista. 

En 2002 estrenó Oasis (Oasiseu), película que narra la complicada relación entre un hombre con retraso mental y una mujer con parálisis cerebral. En cualquier otro país te montan un cuento optimista de superación e integración de la gente con discapacidad, pero no en Corea del Sur. Aquí te hablan de la discriminación que sufren y de lo inmoral que es que dos personas así tengan una relación. Realidad pura y dura.


El "trío amoroso" tiene como telón de fondo la lucha de clases. Jong-su ha estudiado con la meta de ser escritor, pero al provenir de una familia pobre con un padre endeudado, no le queda otra que trabajar de lo que sea y soportar toda humillación laboral que se le cruce.
A Hae-mi tampoco le va mejor con sus trabajos de azafata y viviendo en un piso/habitación/dormitorio/cocina/salón con una sola ventana por la que no entra la luz del sol.

Protagonistas de Burning


En contraposición a ellos, se alza Ben, joven como ellos, pero bastante más rico. Vive en un apartamento de lujo, conduce cochazo, viste bien, buenos modales y no tiene oficio conocido salvo ser de buena familia. Cuando Jong-su le pregunta cómo se gana la vida, este solo se limita responder que "juega".
Ben se rodea de un círculo social compuesto de jóvenes como él que se reúnen para hablar de lo mal que va el país porque la gente trabaja poco, aunque ellos no dan palo al agua. Un discurso dicho en coreano pero que suena muy familiar.

Es difícil saber adónde pretende llegar Burning en un principio. Sin embargo, a medida que la trama avanza se atisba el camino que recorre. Habla de muchos temas como la lucha de clases, la precariedad, las relaciones o la familia, y lo envuelve con un halo de misterio.

La nueva cinta de Chagn-dong (fue la candidata surcoreana para los Oscars de 2019) es una buena forma de adentrarse en el cine de su país. No tiene escenas de sexo y violencia explícitas (sí hay escenas de sexo y violencia) y la historia se desarrolla de forma directa. 

Al final de la película queda la sensación de que Burning podría dar lugar a tres películas distintas, dependiendo del personaje que se hubiera seguido. La historia la vemos desde el punto de vista de Jong-su, y podría dar lugar a algo muy diferente si la conductora fuera Hae-mi o Ben, pues cada uno tiene una visión del mundo y vivencias muy diferentes.

Los tres protagonistas no podrían ser más distintos, y los actores saben dar vida a personalidades tan originales. A pesar de que Ah-in Yoo es el protagonista principal, es difícil no verse superado por la extraña presencia de Steve Yeun (demostrando que es un actor más versátil de lo que se intuía en The Walking Dead) y el huracán que es Jong-seo Jun, actriz que firma un debut por todo lo alto.


Lee Chang-dong no es un director que busca la provocación, sino una reflexión sobre el mundo que nos rodea y la vida en general. Como dice la propia Hae-mi al principio de la película: "Una vez te has convencido de que algo existe, es difícil dejar de creer en ello."

No hay comentarios:

Publicar un comentario