28 oct 2020

Watch Dogs: Legion. La revolución 2.0

 

Ubisoft apuesta fuerte por monopolizar los meses finales de 2020. Lanza dos de sus grandes IPs (Watch Dogs: Legion, Assassin’s Creed Valhalla) con apenas un mes de diferencia para medirse en ventas junto al esperadísimo Cyberpunk 2077, a la continuación/reinicio/spin-off de la saga Yakuza y la pseudosecuela de Marvel’s Spider-Man protagonizada por Miles Morales.

Octubre y noviembre son dos muy potentes en cuanto a lanzamientos, cuyos números de ventas se potenciarán con la llegada de la Navidad. Estos meses siempre son épocas de grandes ventas, pero con la imposibilidad de viajar, toques de queda y demás limitaciones impuestas para impedir la propagación del coronavirus, el ocio digital se convierte en la opción más socorrida.

La propuesta de Watch Dogs: Legion consiste en ofrecer diversión pura y dura, mucho humor y grandes críticas a la política actual. Un Black Mirror que tira de humor y violencia para plantar cara al régimen fascista que ha tomado las calles de Londres.

Llega la hora de colocarse las máscaras y tener el móvil a tope de batería.



La tercera entrega de la serie cambia de continente para dar rienda suelta a toda su creatividad. Nos encontramos en una Londres de un futuro cercano, donde el Brexit solo ha sido el primer paso hacia un estado fascista y clasista.

La sección inglesa de DedSec no pasa por su mejor momento. Un grupo hacker rival, Zero Day, aprovecha el momento para realizar un ataque terrorista en la ciudad. Las culpas recaen sobre DedSec, quien ahora pasa a ser una organización terrorista, y nos tocará limpiar el nombre de la organización y descubrir el por qué de todo lo ocurrido.

Por si fuera poco, los atentados han dado alas a la extrema derecha para que desplieguen por la ciudad a Albion, una compañía de seguridad privada (no iba a ser pública) con gusto por dar palizas a todo aquel que disienta con el rumbo que está tomando el gobierno.

Si los juegos con contenido político no son de tu agrado, muchos harían bien en ni acercarse a Legion. Al fin y al cabo consiste en ser líder de un grupo antisistema e intentar derrocar al nuevo orden establecido. Vamos, que el juego no se llama Watch Dogs: Antifa de milagro y para ver si los jugadores fachas se dejan los cuartos y disfrutan de un juego que predica contra su credo.

 

Por mucho humor y mecánicas jugables que hayan introducido en el título, no creo que se vayan a librar de las críticas y amenazas de los de siempre. Eso sí, Ubisoft pondrá el clásico mensaje de “este videojuego ha sido desarrollado por un equipo plural (¿nazis incluidos?) y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Es una obra de ficción; no nos apuñaléis por la calle.”

Con todo lo que se está descubriendo de la empresa en cuanto a acoso, abusos y discriminación, es un millón de veces mejor que te “acusen” de antifascista, puesto que no conlleva cárcel (por el momento). Aunque mucha limpieza tienen que hacer en sus oficinas para volver a tener una imagen corporativa positiva.

Volviendo al juego. A estas alturas no nos cabía duda de que la recreación de una Londres con toques futuristas iba a ser espectacular. Nos paseamos por las zonas más emblemáticas de la ciudad (Trafalgar Square, Candem, Covent Garden, etc) y observamos lo bien plasmada que ha quedado la diversidad de sus habitantes.

El aspecto que más llama la atención a la hora de movernos por la ciudad e intervenir –o causar en distintas situaciones es la poca reacción que despierta nuestra presencia en el resto de personajes. No existe un acoso por parte de Albion si decidimos ir a lo loco por las calles, como sí ocurriría en un GTA. 

Digo habitantes cuando en realidad debería decir personajes jugables. Como venían prometiendo, todo NPC que veamos por la urbe es candidato a formar parte de nuestro ejército de hacktivistas.

Existen todo tipo de personajes con una amplia variedad de habilidades que dependen de su profesión o tribu social. Cada cual tienes sus pros y contras, y nuestro equipo dependerá mucho de nuestras preferencias de jugables. Hay personajes que están diseñados para liarla parda, y otros para infiltrarse o escapar.

Con tanto personaje y habilidad curiosa, el límite para cumplir las distintas misiones lo pone la creatividad personal. La mayoría de las misiones consisten en colarnos en un edificio bien protegido; el cómo, queda en nuestras manos.

Mención especial merecen las animaciones del combate cuerpo a cuerpo. Puede que tengamos multitud de armamento para acabar con los enemigos a distancia, pero ver a los personajes realizar combos con las manos desnudas o armas es una pasada. Además, existe un Club de la Lucha en el que poner a prueba nuestras habilidades.

Las ubicaciones cuentan con varias entradas y son verticales para que emprendamos el curso de acción que más se ajuste a nuestro grupo del momento. Incluso podemos reclutar a un personaje que trabaje en la zona para entrar con tranquilidad por la puerta principal.

Para reclutar a un personaje, lo primero es hackearlo con el móvil para acceder a su perfil. Aquí nos aparece nombre, profesión, habilidades, etc. Podemos guardar los perfiles de todo posible recluta en todo momento e ir a buscarlo cuando queramos.

Al guardar su perfil, podemos observar adónde va, qué hace o cuándo está en el trabajo. Son datos importantes, pues no puedes largarte del trabajo en medio de tu jornada laboral. El despido está muy barato.

  

Luego toca presentarse y convencer al personaje para que se una a la causa. Y aquí se complica la trama. Los integrantes de DedSec son considerados terroristas, y no todo el mundo está descontento con la situación. Hay que demostrar al personaje que somos de los buenos, para ello nos mandará una misión, o tendremos que  buscar alguna prueba irrefutable de que Albion no es trigo limpio.

La dificultad del encargo dependerá de lo contento que esté el personaje con su vida. Esto quiere decir que podemos reclutar a gente que trabaje para Albion (lo cual nos facilitaría la vida en determinadas misiones), pero nos costará bastante hacer que cambien de parecer.

Para animar aún más la revolución, el juego incluye permadeath (opcional). No todas las misiones saldrán bien, especialmente si vamos a lo loco. Hay casos donde nuestros personajes saldrán heridos, serán detenidos o acabarán muertos. En los dos primeros casos hay personajes, como sanitarios o policías, que reducen los tiempos de espera. Por desgracia, el tercer caso se traduce en la pérdida del personaje para siempre.

Si todos nuestros operativos quedan fuera de combate, la partida se acaba y veremos aparecer los títulos de crédito. No quedará otra que empezar el juego de nuevo.

Un aspecto curioso es que al carecer de protagonista o protagonistas fijos, el estudio se ha tomado la molestia de dotar de voz a todos los personajes. El grupo va variando, pero siempre los vemos interaccionar entre ellos durante las escenas. Lo fácil –y esperado– es que hubiesen optado por hacerlos mudos durante estas secuencias.

Al igual que ya ocurre con los Assassin's Creed, la tercera entrega de Watch Dogs irá recibiendo nuevo contenido durante los próximos meses, entre los que destacan el modo multijugador y DLC crossover con la saga de los Asesinos.


 

Watch Dogs: Legion sigue el curso marcado por la segunda entrega protagonizada por Marcus Holloway y compañía, expandiendo su propuesta jugable con muchas novedades. 

Es cierto que lo visto en la tercera entrega sonará a quien haya jugado a los títulos anteriores, pero eso no quiere decir que su arsenal para sorprender se quede corto. Sin duda, es la mejor entrega de la serie hasta la fecha.

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