Aunque la familia de sagas de Shin Megami Tensei es extensa, es en la serie Persona (desde el Persona 3, concretamente) donde Atlus tiene su gran filón.
Si por algo es conocida la compañía es por el alto nivel de dificultad de sus juegos. Ya sea porque tiene una parte simulador social o por otra razón, los Persona no son tan
¡BIENVENIDO A LA HABITACIÓN DE TERCIOPELO!
EN 3, 2, 1
Tras un comienzo apabullante y lleno de por qués, nos metemos en la piel de un adolescente japonés (elegimos el nombre) acusado de un crimen y repudiado por su familia. Lo ponen bajo la tutela de un hombre, dueño de un bar, en una nueva ciudad y donde habrá de acudir a un nuevo instituto. Tras unos sueños inquietos y sucesos misteriosos, el joven acaba visitando a Igor es su famosa habitación, quien se encargará de ponernos al día (a su manera) sobre una realidad oculta con gran influencia en el mundo real.
Persona 5 da un giro con respecto a sus anteriores entregas, tanto en su historia como en sus protagonistas, convirtiéndose en una aventura muy oscura. Más Catherine que Persona en este sentido.
La sensación de estar ante una historia de fantasía oscura está presente desde el principio y, en los primeros 20 minutos, queda claro que va a ser la tónica habitual.
Esta vez, los protagonistas son todos unos inadaptados y marcados por la sociedad. Por causas ajenas a ellos y por diferentes circunstancias son parias sometidos a un régimen que los juzga y condena.
Por poner un ejemplo del tratamiento adulto de la aventura y sin hacer spoiler, el primer enemigo a batir es un profesor del instituto que abusa de sus alumnos y nos encontramos a una de sus víctimas que piensa en el suicidio por las presiones del docente para forzar relaciones. Los enemigos del juego son gente mala. Mala de verdad.
El Metaverso será donde nos enfrentemos a estos enemigos. Una realidad donde la gente muestra sus verdaderas caras y personalidades. Estos Jefes son dueños de una serie de mazmorras (originales y vistosas) donde el protagonista y su equipo tendrán que infiltrarse para robar el corazón de su inquilino y poner fin a sus maldades. Estos lugares están llenos de seguridad y hay que evitar ser vistos o atacarles por sorpresa. Si la alarma llega al 100%, nos expulsarán.
Aparte de las mazmorras obligatorias, están los Mementos, unas mazmorras opcionales que se generan de forma aleatoria y que van añadiendo niveles a medida que avanzamos en la historia.
Los combates son por turnos y las opciones son muy variadas. La dinámica es adictiva y muy vistosa. Los menús negros y rojos son una genialidad, y las animaciones de los personajes y sus combos te enganchan rápido. Todo esto, unido a unas transiciones de entrada y salida de combate sin ningún parón, consiguen mantener un buen ritmo.
Cada uno de los personajes principales tiene su propia Persona, cada una con sus fortalezas y debilidades, pero, como no podía ser de otra forma, podemos conseguir nuevas Personas cuando se rindan en los combates y negociemos con ellas. Además, en la Habitación de Terciopelo, habrá la opción de fusionar Personas para crear nuevas mediante el sutil arte de la guillotina.
No todo va a ser luchar en el Metaverso, para lo que tenemos un tiempo limitado (nada de levear hasta hartarse). Hay un horario que cumplir y un instituto al que asistir. De día tocará clase y responder preguntas, hablar con los compañeros y apuntarse a un club. Si el mundo manga/anime no te es ajeno, te puedes hacer una idea de cómo funciona el asunto. Lo más cerca que estaremos de asistir a un instituto japonés.
Tras clase, eres libre de deambular por la ciudad. No es un mundo abierto, pero es enorme y lleno de vida, con multitud de actividades y gente con las que hablar. Las opciones son apabullantes: ir a estudiar, quedar con gente, coger un empleo a tiempo parcial (en Japón el paro es del 3-4%), etc.
Todas las actividades repercutirán en nuestras estadísticas y desbloquearán nuevas habilidades para el Metaverso. Determinados personajes secundarios que nos encontremos en nuestro día a día, nos permitirán desbloquear nuevas Personas a medida que vayamos profundizando en la relación y dependiendo de su afiliación.
Con todas estas opciones, y no se puede hacer todo en una partida, tocará especializarse y coger un rumbo en la vida.
Desde Persona 3, Atlus siempre ha conseguido que nos sintamos protagonistas de un anime, en este caso, estudiante de día y superhéroe-ladrón de noche.
Las tramas van avanzando, nuestro personaje va cambiando y el elenco de personajes aumenta. El tiempo pasa y las estaciones se suceden: días de lluvia, días de calor, días de alergias. La historia es de largo recorrido y la inmersión es total, con una banda sonora de altura.
La industria japonesa ha empezado el año con grandes títulos: RE7, NieR: Automata y, ahora, Persona 5. Este último, sin renunciar al JRPG por turnos y convirtiéndolo en algo atractivo para un público acostumbrado a lo rápido y llamativo.
Sólo hay un par de pegas a Persona 5: no llega con subtítulos en español (sólo inglés o japonés) y, a pesar de todas las decisiones que se pueden tomar para caracterizar la historia y al personaje, no poder elegir prota femenina.
Persona 5 es un título grande, rico en su variedad de situaciones y actividades, con una historia profunda y crítica con la sociedad actual, y de larga duración (100 horas fácil). Un juego indispensable si disfrutas del rol o del manga/anime. Si te gustan ambos, es obligatorio. Sale el 4 de abril de forma exclusiva para Playstation.
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