Thriller de 2016 llegado desde Japón, dirigido por Kiyoshi Kurosawa (Cure, Pulse), considerado uno de los maestros del terror japonés, y basado en la novela de Yutaka Maekawa.
Un título muy bien puesto para una historia que tarda muy poco en dejar notar su mal rollo. Al estilo Kurosawa, claro. Todo muy tranquilo y sin sustos, dejando que las imágenes impresionen por sí mismas.
Como curiosidad sobre su director, decir que su primera peli de terror fue Sweet Home en 1989 que tuvo una "adaptación" el mismo año como videojuego de la mano mano de Capcom, donde un grupo de chavales van a una mansión perdida en medio de la nada, a rodar un documental sobre fantasmas con trágicas consecuencias (sí, suena a demo de hace muy poco) y que se convirtió en el germen de la saga de la casa que hoy conocemos en occidente como Resident Evil.
Takakura (Hidetoshi Nishijima) es un ex detective experto en asesinos en serie retirado tras un brutal encontronazo con uno de ellos. Ahora enseña en la universidad y se ha mudado a un tranquilo barrio con su esposa Yasuko (Yuuko Takeuchi). Su aparente tranquilidad se ve alterada por la petición de su antiguo compañero de interrogar a una joven envuelta en la desaparición de su familia hace varios años. Y, por si fuera poco, tendrán que lidiar con sus extraños vecinos.
En manos de otro, Creepy, sería una historia de terror con sobresaltos, música siniestra, lugares oscuros, gritos de maníacos y sangre para exportar. Pero Kurosawa es un tío tranquilo y, esa naturalidad para mostrar situaciones siniestras, da un plus de mal rollo.
Todo en la cinta es colorido, soleado y alegre, en apariencia. Desde la sala sala de interrogatorios del principio, la acristalada universidad donde el protagonista enseña y el barrio ideal de clase media en el que viven. El tipo de sitio en el que nada malo ocurre.
El elemento disruptor de su vida idílica es un individuo sin nombre salido de la nada. La personificación del mal que acecha a la sociedad japonesa actual. A pesar de todo el tema de psicópatas que inunda la historia, es en la familia o la concepción de lo que debe ser una familia y los males que las destruyen en lo que se centra la crítica.
Las discusiones y charlas sobre asesinos en serie sirven como gancho y aporta algunos datos interesantes sobre los mismos, pero al igual que el prota, nos damos cuenta de que la cosa no va por ahí (no del todo, al menos). Takakura es un experto, pero no experto en plan héroe americano tipo "lo veo todo venir, se cómo va desenvolverse todo y me adelanto". Es experto en plan cuñado y lo deja patente, de forma muy absurda, en la secuencia de la escalera al inicio de la peli, donde no sabes si echarte a reír porque la situación es muy seria.
Se deduce que es un personaje realista, sobre todo si lo comparamos con nuestros expertos en patrones de conducta que han dictaminado que los hombres matan a sus parejas "porque éstas intentan separarse de ellos rápidamente" o "por cualquier otro motivo que los lleva a actuar de forma explosiva".
Lo que en lenguaje experto se traduce en: ESO & NADA = LO MISMO.
En el cine asiático, la policía no está visto como un elemento de seguridad ni siquiera cuando el protagonista sea un tipo sin vicios, no propenso a la violencia y educado. Y Creepy sigue esa tendencia, a la vez que nos va mostrando un desfile sobre los males que aquejan a la sociedad. Todo de forma muy natural y envasada al vacío.
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