La nueva película de Antonio Campos (Afterschool) para Netflix adapta la novela de Donald Ray Pollock The Devil All the Time; una historia de violencia y fanatismo en la América profunda que sirve para reflejar todo lo mal del hombre.
Pollock basó El diablo a todas horas de 2011 en las experiencias vividas en su pueblo natal de Knockemstiff, Ohio, lugar en el que se desarrollan tanto la película como el libro. Lo cierto es que no se corta en hacer una crítica muy descriptiva de todo lo que va mal con su hogar, y con el mundo en general.
Para demostrar que la violencia es un continuo, y que no se trata de algo excepcional debido a las circunstancias, el salto temporal ilustra cómo se adapta esta a los nuevos tiempos. Esta vez, pesonajes como Arvin Russel (Tom Holland), Lenora Laferty (Eliza Scanlen) y Preston Teagardin (Robert Pattinson) entran en escena para sufrir y ejercer esta violencia.
Al estar ubicada en el sur de los Estados Unidos, el fervor/fanatismo religioso es parte fundamental en la vida de sus gentes. Es uno de esos pueblos en los que faltar a misa los domingos te termina señalando como un bicho raro.
No faltan predicadores dispuestos a contravenir las leyes naturales para intentar demostrar que el Altísimo obra a través de ellos. Tampoco falta el que se aprovecha de contar una parroquía temerosa de Dios para abusar sexualmente de las jóvenes feligresas.
Por una cosa o por otra, las mujeres acaban siendo las víctimas de este mundo de hombres zumbados. Charlotte Russell (Haley Bennett), Helen Hatton (Mia Wasikowska) y Lenora tienen la mala suerte de entrar en el radar de unos hombres con una visión bastante particular de la religión.
Hasta el personaje de Sandy Henderson (Riley Keough) acaba sometida a la voluntad del psicópata de Carl. Pasa de ser camarera a cómplice de un asesino en serie que la prostituye y somete a todo tipo de locuras junto a sus víctimas.
En esta zona de Ohio, tanto Pollock como Campos, crean un microuniverso que se convierte en un espejo de lo irracional y asqueroso que puede llegar a ser el ser humano. El propio escritor ejerce la labor de narrador omnisciente en la peli, bien interpretanto a Dios o al propio Diablo resignado a contemplar las mismas tragedias una y otra vez.
The Devil All the Time reúne unas cuantas historias sórdidas y perversas que, si pecan de algo, es de quedarse cortas en su exposición gráfica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario