18 may 2015

Ex Machina. Conocer a tus héroes es...

Ex Machina (2015) es una película británica de ciencia ficción, escrita y dirigida por Alex Garland (guionista de 28 días después). Se trata de su debut como director y ha empezado con gran acierto, rodando una de las mejores películas de ciencia ficción de este año, sino la mejor.


Caleb (Domhnall Gleeson) trabaja en la compañía de internet más grande del mundo, Blue Book. Consigue ganar un sorteo de la empresa para pasar una semana en la mansión de Nathan (Oscar Isaac), el genio recluido, creador y dueño de Blue Book. 
Tras su periplo para llegar a la "modesta" propiedad de su héroe (2 horas en helicóptero se tarde en recorrer la finca), Nathan ofrece a Caleb la oportunidad de marcar un antes y un después en la historia: realizar el Test de Turing a su última creación, Ava (Alicia Vikander), una revolucionaria IA.

De los 4 personajes de la cinta (5 si cuentas la mansión), Gleeson es el que pasa más desapercibido, por ser Caleb el más normal de la función. Aún así, sus conversaciones con Nathan y Ava son el núcleo del thriller.
Oscar Isaac se encarga de ser la contraposición a Gleeson. Su excéntrico-genio-megamillonario es como si juntaras a Tony Stark y al Dr. Frankenstein en versión psicótico. Es un genio, sin duda, pero acojona bastante.
Alicia Vikander tampoco se queda atrás y, llegado el momento, se adueña de la historia dejando de lado a Gleeson.
Incluso el cuarto personaje, Kyoko (Sonoya Mizuno), a pesar de no decir una sola palabra en la película, aumenta (y mucho) el clima opresor y perturbador de la misma.

Aunque el tema es algo recurrente en el cine, Ex Machina ha elegido un enfoque diferente al dilema creador-creación. Es una película que hace que te olvides de la ciencia ficción y te lleva a un thriller con momentos de cine de terror, sin olvidarse de filosofar sobre el asunto que nos ocupa.

Si un humano es defectuoso, nadie tiene derecho a desenchufarlo, pero sí se debe desenchufar a una IA defectuosa. La situación de Ava es entendible. Es normal que viendo la peli, empatices más con ella (la IA) que con Caleb y Nathan (los humanos).   
El comportamiento humano resulta más frío y duro que el de la máquina con ganas de vivir libre.

Obviamente, al ser Ava creación de Nathan, éste se convierte en su dueño. Es lógico pensar que las IAs serán esclavos de los humanos y hagan nuestra voluntad. En cierta forma parece ser eso lo que buscamos: unos esclavos que no se quejen y no tengan derechos.
Los humanos siempre buscan someter a otros humanos, pero con el paso de la historia, la esclavitud está pasando a ser algo ilegal (cosa lógica). La creación de robots o cyborgs sería la solución a este dilema moral. Las IAs no tienen derechos (al menos, en principio), no hay problema en esclavizarlos y putearlos.
Y es aquí donde Ex Machina (sutilmente), resalta la crueldad humana y, Caleb, se lo menciona a Nathan: ¿por qué tienen aspecto humano con sentimientos en lugar de ser una simple caja gris?
Someter una caja gris a tu voluntad no te hace sentir lo mismo que someter a otro igual. Buscamos sentirnos dueños de otros e imponernos de cualquier forma, eso es así. 
Este mensaje cala más, al ser Ava una IA con aspecto de mujer y Nathan, un hombre, su creador/opresor. 
Es justo lo que piensas, Ex Machina se las arregla para meternos el tema de la desigualdad y maltrato sin que te des cuenta.

La historia de Ex Machina se desarrolla sin tropiezos y te enganchará hasta su genial final. Dudarás de lo que sabes como Caleb y te sorprenderás con sus giros, como Caleb. Todo a buen ritmo y sin dejar cabos sueltos en su desarrollo.

Como dice Nathan, la pregunta no es si habrá IAs en el futuro sino cuándo aparecerán. 
La parte más oscura y escabrosa de la Inteligencia Artificial es un terreno poco explorado y Ex Machina no duda en echarlo en cara.

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