15 nov 2015

Hot Girls Wanted. Dinero rápido, pero no fácil

Documental americano de 2015, sobre 5 chicas introducidas en la industria del porno amateur, atraídas por el dinero rápido y la posibilidad de alcanzar una vida de lujos, con casas con piscina y Lamborghinis.

"Todos los días, una chica cumple 18 y todos los días, una chica quiera hacer porno. Nunca se me agotarán". Una frase que podría ser dicha por muchos malos de película, no sale de la mente de guionistas sino de Riley, el chaval de 23 años, "agente de talentos" de las chicas, que va reclutando a través de Craiglist. En el colegio se burlaban de él y le pegaban y ahora es la hostia (se lo dice todo él solito). De perdedor friegaplatos a tener coche propio y casa en Miami, llena de adolescentes.

Las chicas tienen 18, 19 y 25 años, y cómo dice una de ellas, no sabían en lo que se metían. Van desde una que empieza a otra que lleva tres meses hasta otra que lleva 2 años dejándolo y volviendo. 
800€ euros por grabación y de 3-5 grabaciones por semana, son los números de media que hacen las chicas. Grandes cantidades de dinero en poco tiempo y sin mucho que perder, en apariencia.

En el documental, las chicas tienen como prioridad el dinero (salir de su pueblo o ciudad, viajar, ser independiente, etc) y vivir su sexualidad de una forma diferente, motivada por el erróneo concepto que tienen de la misma. "Que un chico me vea y piense en follarme, me da más confianza en mí misma y me hace sentir sexy". ZAS. Jódete Machado, el amor del siglo XXI ha llegado. 

La relación entre ser una mujer libre de tabús y colgar fotos desnuda o semi-desnuda en Instagram, queda claro en los primeros minutos del documental y usa a famosas como las Kardashians, Miley Cyrus, Nicki Minaj o el vídeo de Blurred Lines (todo un éxito, a pesar de la misoginia que respira) para ilustrar el argumento. Si hay famosas que se desnudan, hacen vídeos porno o llenan sus videoclips de escenas explícitas y ganan mucho dinero, ¿por qué no hacerlo las demás? 

El concepto liberalizador para las mujeres de mi cuerpo es mío y hago lo que quiero porque soy libre, se ha traducido en, me hago fotos o vídeos desnuda para colgarlos en internet y acabar en una web porno para que un tío se forre. ¡Ay! La delgada línea entre el feminismo y el machismo siempre tan difícil de vislumbrar.

Que hay por ahí porno no degradante, no te digo que no, pero que las páginas webs que más crecen son las que muestran violencia contra la mujer, ahí se te digo que sí
Si aún había dudas de que lo que más pone a los tíos son las escenas de abusos (físicos y verbales), la cinta da los números que las despejan.
Aunque el documental no muestra ningún desnudo, si que se escuchan grabaciones de determinadas escenas de porno "abused" bastante fuerte. Una de las chicas graba esta escena y cuenta que debe de haber gente a la que le gusta ese tipo de vídeos y que si se conforman viéndola a ella, evitará que se lo hagan a una chica en la vida real. Otra de las chicas de 18 años cuenta cómo llega a un rodaje y le cambian la escena acordada por una de abuso y se da cuenta de que ha sufrido una violación.

Lo sé, lo sé. "La mayoría del porno no es así", "te has ido a algo muy extremo, feminazi", etc, etc. La gracia consiste en que una cosa lleva a la otra. 
Estas chicas una vez que graban un par de escenas de porno más normal, no las llaman mucho más y si quieren seguir su carrera acaban grabando porno de fetiches: bondage y abusos, las páginas que más dinero hacen y las que más visitas reciben (más que las páginas de la NBA, Disney o Netflix).

Las chicas defienden su libertad en la vida y su cuerpo, justificando todas las situaciones vejatorias que viven: "los chicos del rodaje son muy simpáticos", "nos tratan como princesas" o "se preocupan mucho", mientras el bueno de Riley las mete en la furgoneta como un rebaño. 

Algunas llevan el autoengaño mejor que otras (esto no es Regresión, pero el concepto viene a ser similar) y el documental sigue en paralelo el caso de Belle Knox, una universitaria que hace porno para pagarse la universidad, y va recorriendo diferentes programas de televisión vendiendo lo liberalizador del porno para la mujer y la seguridad que otorga. Todo muy amazing and awesome. Una publicidad que no tiene precio para captar a muchas otras jóvenes.

Las situaciones del documental dan para mucho. Escenas sin preservativo (en Miami es legal), chicas que no toman anticonceptivos, tíos que pagan más para que vayan a comprarse la píldora del día después y otros momentos escalofriantes que dejan claro que el mundo del porno no es tan glamuroso ni está tan controlado como aparenta o hace creer.

Un toque de atención para la industria (les dará igual), pero sobre todo para chicas que recién cumplido los 18 deciden hacer dinero grabando porno.

Hot Girls Wanted es un documental para comprender cómo funciona un mundo tan cotidiano es la pornografía en internet. 
No tira de morbo de desnudos ni de mostrar escenas de sexo, lo que no quita que se atisben un par de momentos duros y degradantes, motivados por la realidad más asquerosa de esta industria millonaria.

Como dato llamativo, al ser una producción grabada en Estados Unidos, las chicas no tienen problemas económicos. Me refiero a que no tienen familias desestructuradas, en crisis o en el paro. Pueden ir a la universidad o buscar trabajo. No hay una necesidad de dinero a vida o muerte. En los casos mostrados, hay alternativa.
Por eso, sería interesante realizar una producción similar a nivel patrio donde sí ha aumentado el número de mujeres en el porno por necesidades económicas y la alternativa es acabar en la calle y ver pasar hambre a tu familia.

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