La historia se centra en varios personajes alrededor del mundo, que verán alterada su vida por el inminente impacto de un cometa contra la Tierra... Entre otras cosas.
Cada episodio comienza de la misma forma, con su protagonista Jamie (Mathew Baynton) en el día del impacto, metido en un búnker viendo las noticias y rodeado por varias personas muy diferentes.
Los 10 episodios de la serie cuentan, por medio de flashbacks, cómo se llega a hasta ese momento y todo lo que les ha ocurrido en tan pocos días.
Los personajes son muy variados. Desde Jamie, un joven y bonachón director de banco (lo más ficticio de la serie) lidiando con su gemelo malvado, Ariel, pasando por una hacker estadounidense en prisión, dos miembros del personal de la Casa Blanca con un plan para perpetuar la humanidad tras el apocalipsis, y un cura (interpretado por Rob Lowe) y una monja, con la tarea de viajar por el mundo desenmascarando a falsos Mesías.
Religión y política son dos de los grandes temas que marcan la serie y donde más creíble resulta todo. Estamos acostumbrados a lo mejorcito y, el fin del mundo, no cambiaría el nivel de sinvergüenzas. La bajeza moral de alguna gente no iba a desaparecer por arte de magia.
Una de las cosas más sorprendentes de la historia es el progresivo desarrollo de la trama hacia algo más que el hacer una comedia enfocada en el fin del mundo. La evolución de los personajes y los abundantes giros de la trama (un par te dejarán en shock), consiguen una temporada redonda, con su principio y su final.
Lindelof y su The Leftovers podrían tomar nota de cómo se hila y se resuelve una historia.
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