12 oct 2017

The Evil Within 2. Esto no tiene sentido

Las buenas sensaciones que dejó la primera entrega hacían necesaria una secuela, donde seguir explorando este retorcido y sangriento mundo. Esta continuación vuelve a traer lo que funcionaba del primer juego y lo mejora con zonas para explorar, un árbol de habilidades más amplio y varias maneras de afrontar los encuentros con los enemigos.

Sebastian Castellanos ha vuelto... aunque él preferiría no hacerlo.


3 años han pasado desde que Sebastian sobreviviera a su encuentro con Ruvik. Ha dejado la policía y pasa los días borracho, ahogando la culpa por la muerte de su hija, Lily. Hasta que aparece su antigua compañera, Juli Kidman, quien le dará la noticia de que su hija sigue viva y que la única manera para salvarla es entrar en STEM.

La primera hora de juego nos pondrá rápidamente al día sobre cómo funciona el mundo de The Evil Within sin necesidad de haber jugado al primer juego (algo muy recomendable para pillar algunas referencias). Pronto lo macabro y gore harán acto de presencia para dejarte muy claro dónde te has metido. Para rebajar un poco de tensión, esta vez hay zonas bastantes amplias para recoger recursos (nunca se tiene suficiente de nada) e incluso realizar misiones secundarias. 

Los enemigos no son muy variados, pero para romper esa sensación están los Jefes que te pondrán los pelos de punta a la hora de enfrentarlos. El sigilo es una opción real en esta segunda parte y tener un plan de acción para pillar a los enemigos desprevenidos, ayuda bastante a reservar munición para momentos más importantes.

A medida que se avanza en la historia el surrealismo va aumentando, dando lugar a fases muy tensas y perturbadoras. Puede que no tenga un inicio tan impactante como la primera entrega, pero la cosa va cogiendo ritmo a medida que avanzan las horas (entre 15-20 horas de aventura).

No es casualidad que The Evil Within 2 salga a la venta un viernes 13 para repartir su dosis de sustos y gore. 

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