La miniserie de 8 episodios cuenta la historia de una joven que es violada en su propio apartamento durante horas y el posterior proceso de denuncia frente a la policía.
Unbelievable (Creedme) está basado en hechos reales (de ahí que resulte un caso tan absurdo) y que nos deja claro que la violación es solo la primera vejación a las que las víctimas han de hacer frente si quieren justicia... si es que la investigación llega lejos.
Marie Adler (Kaitlyn Dever) es una adolescente asaltada en su apartamento durante la madrugada por un desconocido con pasamontañas. Al finalizar la tortura, la joven llama a la policía para denunciar el crimen, pero los dos detectives a cargo de la investigación acosan (de nuevo) a la joven para que confiese que se lo ha inventado todo.
3 años más tarde y en otro estado diferente, la detective Duvall (Merrit Wever) investiga un caso de violación con el mismo modus operandi, mientras la detective Rasmussen (Toni Colette) se encarga de un caso igual en la comisaría vecina.
Ambas formarán equipo para detener a un violador en serie que lleva 3 años actuando impunemente por todo el país.
El guión de la serie suena original y bastante peliculero, si no fuese porque se trata de un caso real, el cual hace especial hincapié en el proceso de denuncia de una violación.
El primer episodio está dedicado en su totalidad al momento de la post-violación. La víctima llama a la poli para que acuda a su apartamento y recoja pruebas, y lo único que recibe son miradas de incredulidad y de "esta niña está loca".
Marie no se comporta como una mujer violada (por lo visto existe un manual muy detallado al respecto que se rifan por internet) y eso lleva a pensar que estamos ante el típico caso de denuncia falsa.
Tras una primera declaración en el lugar del crimen, la joven tiene que narrar hasta en cinco ocasiones más lo ocurrido a los incrédulos detectives, quienes buscan contradicciones en las declaraciones para cerrar el caso lo antes posible.
El acto de la violación nunca se visiona de forma explícita, pero los continuos abusos a manos de la policía y sistema judicial se experimentan una y otra vez. Por no olvidar la frialdad del equipo médico que realiza el examen físico, del cual nunca llegan a conocerse los resultados.
Todo sale mal en el caso de la joven Marie, quien también recibe su dosis de mentirosa, slutshamming y una denuncia por presentar falso testimonio e intentar arruinar la vida de un pobre hombre. Por supuesto, la prensa no se pierde la fiesta.
Desde el episodio 2 hasta 8, la serie da saltos entre el calvario de Marie en 2008 y la investigación de las detectives en 2011, lo que da lugar a dos géneros distintos: drama y policial.
En el segundo episodio nos queda claro que el tipo de persona marca mucho el devenir de un caso. El trato que Duvall y Rasmussen dan a las víctimas es tan distinto del visto en el anterior episodio que asusta.
Para los tíos son unas locas y/o histéricas que solo van buscando un drama. Además, se trata de violaciones a mujeres por parte de hombres y, como dicen en más de una ocasión, no son crímenes serios.
Tras los visto en documentales como Audrie & Daisy o Soy una Prueba, lo increíble sería que se pusiesen a investigar como locos para atrapar a un violador.
Por si fuese poco, la trama no se contenta con explorar cómo se gestionan los caso de violación; también aprovecha para sacar a relucir estadísticas que reflejan que el 40% de los agentes del orden han sido denunciados por maltrato y/o abuso sexual. Después de eso ya no resulta tan misterioso el por qué no suelen creer a las víctimas.
Unbelievable solo cuenta con 8 episodios, pero bastan para definir a la perfección multitud de aspectos que influyen a la hora de investigar los casos de violación. Sin olvidarse de mostrar la vida de las víctimas tras el ataque.
Una miniserie rara en el género (mucha mujer suelta haciendo trabajo de hombres) y muy necesaria.
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