La película fue la candidata colombiana a la pasada edición de los Premios Oscar y ha sido comparada con el Apocalypse Now de Francis Ford Coppola. Seguramente, los niños actores habrán dado menos problemas en el rodaje que Martin Sheen compañía.
Hay paralelismos entre ambas historias, aunque la cinta de Landes es más cruda y absurda al hacer su retrato de la guerra.
En un lugar indeterminado de Colombia, un grupo de 8 niños recibe su entrenamiento como soldados de guerrilla ocultos en las montañas. Su instructor, enviado por La Organización, los deja a cargo de una prisionera estadounidense y de Shakira, una vaca lechera. Ambas deben seguir sanas y salvas cuando este regrese dentro de unos días.
De forma similar a lo que hizo Fukunaga en Beasts of No Nation, Landes no basa su historia en un hecho real, pero sí nos cuenta la realidad del conflicto colombiano y de los niños soldado que participan en el mismo.
No sabemos de dónde han sacado a estos niños o cómo era su vida antes de ser soldados. No tienen pasado ni nombre, solo apodos como Lobo, Lady, Sueca, Pitufo o Rambo. Les quitan los nombres y les dan una causa por la que morir. Y en ningún momento les tratan como niños.
Durante la película vemos como los entrenan, les crean el sentimiento de pertenencia al grupo y, básicamente, los utilizan unos personajes adultos invisibles para alcanzar unos fines indeterminados. A ellos no les importan las razones, pues son soldados. Y el buen soldado obedece las órdenes sin cuestionarlas.
La segunda mitad de la película es cuando los niños terminan su entrenamiento en aislamiento y los sueltan al campo de batalla contra el "enemigo". Aquí es cuando las relaciones entre ellos y la propia Organización cambian, pues comprenden el poder que tienen sobre la vida de los demás.
Como suele ocurrir en las guerras, crean un monstruo que no puedes controlar y continuará el círculo vicioso de violencia en el futuro, destruyendo cuantas vidas inocentes se le pongan por delante.
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