El certamen promovido por Kuik Games y Kerad Games, en busca de nuevos talentos para la industria del videojuego en dispositivos móviles, no ha empezado con buen pie. La parte donde explicaban los premios y las condiciones de éstos no han sentado nada bien a las/los desarrolladoras/es y posibles participantes.
Los premios de dotación económica y beca para la formación y posibilidad de desarrollar un título entran dentro de la normalidad. La continuación donde se exponía que los derechos sobre la IP debían ser rechazados a perpetuidad a favor de los estudios y que los beneficios serían de un tercio del total, han mosqueado bastante.
En resumen, la reforma laboral en estado puro ha llegado a los certámenes, que, supuestamente, están para ayudar a gente que no tiene recursos para sacar adelante un proyecto.
No son condiciones muy alejadas de otros certámenes donde los promotores piden una serie de requisitos a las/los participantes. La particularidad que ha hecho este caso más sangrante es que el dueño de Kerad Games y miembro del jurado del certamen, es Gerard Piqué, jugador del Barcelona.
Total que todas esas condiciones abusivas impuestas por una empresa cuyo dueño gana unos cuantos de millones al año, han sentado como una patada en la boca a más de una/o.
El lado bueno de quejarse, es que esas exigencias, ya han desaparecido de las bases del certamen.
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