Segunda serie ambientada en el universo de Avatar: La Leyenda de Aang del canal Nickelodeon, creada por Dante DiMartino y Bryan Konietzko y animada en colaboración con el estudio surcoreano Mir y el japones Pierrot (Naruto, Bleach, Tokyo Ghoul).
Finalizada en diciembre de 2014, tras 4 temporadas de unos 13 episodios cada una, es una de las mejores series de animación que verás en mucho tiempo.
Ambientada unos 70 años después de la derrota del Señor del Fuego Ozai, el mundo ha cambiado bastante y la nueva Avatar, Korra, una chica de 16 años de la Tribu del Agua del Sur, viaja a Ciudad República para aprender el control del aire con Tenzin, hijo del Avatar Aang.
Pronto, se dará cuenta de que el mundo dista mucho de estar en paz y la figura del Avatar será más necesaria que nunca.
Si La Leyenda de Aang fue toda una sorpresa para el mundo de la animación, superándose en cada temporada, su continuación espiritual marca, aún más la diferencia, con mayor madurez en los temas y la evolución de sus personajes. Sin olvidar, sus magníficos combates y el sentido del humor.
La serie se vuelve más adulta en el tratamiento de sus temas. Los conflictos socio-políticos, terrorismo, guerra, pobreza, ecologismo, animalismo, identidad sexual y género, están muy presentes durante cada temporada.
El ser una chica adolescente a Korra es algo que va en su contra y, más de uno, de lo deja bastante claro. Si bien Aang era mucho más joven que Korra, el ser hombre le conseguía inmediatamente un estatus como figura de respeto y admiración, que Korra tiene que ganarse con esfuerzo y sacrificio. No importa si salva a una persona, a un pueblo, a una ciudad o a el mundo, siempre habrá alguien que le saque un pero, se posicione en su contra y le recuerde que Aang era mejor... a pesar de que son la misma persona.
En cuanto a la sexualidad, la serie rompe con bastantes tabúes y va a dejar a más de una/un cerrada/o de mente escandalizado y a otras/os les parecerá una muestra de normalidad genial y valiente. La línea entre ser hetero o gay desaparece. El amor, es amor y punto.
Nada de lo que sufrimos hoy día se le escapa al universo Avatar. En cada temporada, Korra se enfrentará a un tipo de enemigo con una concepción de sociedad diferente. Algunos querrán una sociedad igualitaria, basada en la religión, anarquismo o imperialismo.
Si Aang sólo se preocupaba de derribar al dictador y opresor Señor del Fuego, con Korra no todo es tan blanco y negro, hay bastantes grises. Los ideales de los "villanos" no son nada irracionales: acabar con privilegios, derrocar monarquías absolutistas, vivir en convivencia con otros seres, liberar territorios ocupados, etc.
Korra y el resto de protagonistas están en constante evolución a medida que se enfrentan a sus rivales y aprenden nuevas formas de ver la sociedad.
La tercera temporada marca un antes y un después, cuando Korra ha de enfrentarse a Zaheer (representa el anarquismo). La temporada con el final más duro y que explica los 3 años (en tiempo de la serie, no real) que pasan hasta el inicio de la 4 temporada, con unos personajes más adultos.
Su segunda temporada tiene dos episodios que son toda una joya de animación: Beginnings Part 1 y 2, donde se cambia de estilo y se cuenta la historia del primer Avatar, Wan, doblado por Steven Yeun (The Wallking Dead). El origen de su figura y de dónde surgen los poderes de controlar los elementos, son toda una lección. Dos capítulos que recuerdan a Hayao Miyazaki y a su Princesa Mononoke.
El respeto a la naturaleza y a los animales, son una constante durante la serie.
A parte de Steven Yeun, también se encuentran otros actores muy conocidos como J.K Simmons, Kiernan Shipka, James Remar, Anne Heche o Zelda Williams.
Acción (combates de infarto), comedia (Bolin, Varrick y los hijos de Tenzin son un puntazo) y drama (hay alguna muerte), unidos a una animación original dan lugar a una gran serie indispensable, cuya gran pega es que se acaba.
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