23 feb 2016

Far Cry Rimal. La Prehistoria, según Ubisoft

Esta vez, Ubisoft, ha dejado de lado las armas de fuego y los transportes a motor, para trasladarnos a la Prehistoria: una época hostil, donde conseguir alimento y abrigo era toda una hazaña, sin contar con que el ser humano, comenzaba sus pinitos como la especie más chunga de la Tierra.



La historia nos lleva al Mesolítico, en el ficticio Valle de Oros, donde el protagonista, Takkar, anda de caza con otros compañeros de su tribu, los Wenja. Los protagonista de la saga no son famosos por tener unos inicios tranquilos y, Takkar, no iba a ser una excepción. Su cacería acaba en carnicería, pero no como ellos querían y el joven cazador se queda sólo, con la titánica tarea de reconstruir su tribu.

Sin contar mucho más de la historia, decir que los Wenja no son la única tribu del Valle. Por un lado, están los Udam y su líder Ull. Violentos y caníbales obsesionados con acabar con el prota y su gente.
En la puerta de los psicópatas Nº 2, tenemos a los Izila y su sacerdotisa Batari. Adoran al fuego y, si no eres de los suyos, a la hoguera. Los precursores de la Inquisición y fanatismo religioso, en general.
Cada tribu, va a dar grandes momentos a lo largo de la historia.

Mucho loco suelto y Takkar sin metralleta, lanzallamas, 4x4, motos de agua y demás arsenal clásico de un shooter. La acción en Primal exige algo más que el enfrentamiento directo. Es más brutal que las anteriores entregas y, a la vez, más pausado.

El gran mapa del valle, jugará en nuestra contra al comenzar la aventura. Tendremos que ir a pie de un lado a otro y, cuando desbloqueemos viajes rápidos, al usarlos podremos perder eventos por el camino como rescatar a más miembros de nuestra tribu. Hasta aprender la habilidad de montar en animales, recorrer el mapa requerirá de bastante tiempo.

Cumpliendo encargos con determinados miembros de nuestra tribu, mejoraremos el árbol de habilidades de Takkar: dominar animales, combate contra bestias, combate contra humanos y recolección de plantas y recursos. Avanzando con estas misiones desbloquearemos nuevas posibilidades de acción para nuestro cazador.

La falta de armas de fuego se suple con el control de animales. Aunque resulte raro es igual de fácil conseguir de compañero a un búho que a un león cavernario. Le lanzamos comida, nos acercamos, pulsamos el botón y best friends forever. No va a ser un reto.
Cada animal tiene sus estadísticas y habilidades: marcar, enemigos, sigilo, fuerza, etc. 
No le vamos a pedir mucho rigor histórico a Ubisoft, puesto que podemos dominar grandes depredadores con una caricia, y, en la misma línea, viene lo de darle explosivos a un búho para que los lance sobre enemigos. 

Continuado con las licencias creativas, la compañía a optado por doblar el título a su propio idioma prehistórico y subtitularlo. En nuestro caso, aparece en infinitivo: Yo comer, Yo matar, etc.

Ambientar un juego en la Prehistoria o época similar, donde las armas de fuego y su frenetismo, al que nos tienen acostumbrados muchos títulos, es arriesgado, pero funciona. Da un componente más estratégico en los enfrentamientos donde no gana el que tiene más balas o armas. Tampoco, Ubisoft explota la supervivencia al 100%: no podemos morir de frío o hambre, ni tenemos que tratarnos las heridas (cosa que sería más normal que controlar animales). Sigue siendo una aventura para todos.

Ubisoft sigue dando pasos en la innovación de su saga Far Cry y espera conseguir lo mismo con su buque insignia, Assassins Creed, con el abandono de su política de juego por año.


No hay comentarios:

Publicar un comentario