Es obligatorio decir que, si la saga de Snake nunca fue de tu agrado, Death Stranding es un título que deberías evitar sí o sí. A pesar de su aspecto Triple A y reparto de lujo, esta aventura es un walking simulator en toda regla, donde los momentos de acción pasan a un segundo plano.
Dicho lo anterior, Death Stranding es un juego que consigue emocionar como pocos, ofreciendo una sensación de satisfacción al realizar tareas de lo más simples,y evitando el enfrentamiento en la medida de lo posible.
La trama del juego es su punto más fuerte e impactante, así que me limitaré a lo básico. Nos encontramos en un mundo asolado por un misterioso evento cataclísmico que altera el equilibrio conocido.
La trama del juego es su punto más fuerte e impactante, así que me limitaré a lo básico. Nos encontramos en un mundo asolado por un misterioso evento cataclísmico que altera el equilibrio conocido.
Asumimos el rol de Sam Porter Bridges (Norman Reedus), un tipo dotado de una serie de habilidades especiales que lo convierten en el candidato ideal para llevar a cabo una misión imposible: atravesar los Estados Unidos para establecer una red quiral (una especie de internet) que vuelva unificar el país.
Durante e periplo, el protagonista deberá realizar varios encargos, atravesar vastos terrenos inhabitados, enfrentarse a bandidos, espectros y organización terrorista con agenda propia.
Lo anterior es solo una pizca de lo que ofrece Death Stranding a nivel argumental, pues conoceremos a un nutrido elenco de personajes secundarios, interpretados por Mads Mikkelsen, Lea Seydoux, Lindsay Wagner, Margaret Qualley, Guillermo Del Toro, Tommie Earl Jenkins, Nicolas Winding Refn y Troy Baker, que dotan de gran profundidad (y complejidad) al argumento.
Todos estos personajes aportan su grano de arena al título, haciendo hincapié en el mensaje que intenta transmitir Kojima: sin la ayuda de la gente, no somos nadie. El mensaje suena muy en la línea de Mr. Wonderful, pero esto es un título japonés y las reflexiones sobre la soledad, familia, relaciones o muerte no pecan de positivismos absurdos.
En el terreno jugable, como ya he mencionado al principio, Death Stranding es un walking simulator. Andar será lo único que haremos durante la mayor parte del juego. Sirva como ejemplo que, durante las 15-20 horas de inicio (el juego ronda las 40-60), no tendremos ningún arma para defendernos.
Tampoco contaremos con vehículos, y tendremos que ir a pie en todo momento. Sam es básicamente un repartidor, y las misiones consisten en llevar una carga del punto A al B sin perderla o destruirla. Así de simple... y de difícil.
El mapa de los Estados Unidos (en realidad está basado en Islandia) presenta una orografía compleja y variada, lo que dificulta la exploración. Dependerá de nuestro ingenio el sortear obstáculos, como montañas y ríos, y trazar la mejor ruta.
Siguiendo el estilo visto en The Phantom Pain, dispondremos de un menú para equipar a Sam con distintos aparejos y herramientas que ayuden en el recorrido. Contar con escaleras y cuerdas será fundamental para evitar rodeos innecesarios, pues no estamos solos.
El mapa no está tan vacío como podría parecer en un principio. Aunque transmita una sensación de soledad a Shadow of the Colossus, hay campamentos y patrullas que no dudarán en acabar con nosotros y/o hacernos perder nuestra mercancía.
En los primeros compases de juego solo podremos huir u ocultarnos, pero incluso con armas a mano no es recomendable darles muerte. Podemos noquearlos con armas no letales y ataques físicos; sin embargo, robarles un coche y comenzar a atropellar a todo un campamento es mala idea.
Matar tiene un precio en Death Stranding y sufriremos las consecuencias en primera persona.
Llegamos a los enemigos no humanos del juego, los Entes Varados o EV. Laprimera vez que entremos en una zona de lluvia, conocida como Declive, se nospresentarán estos seres invisibles. El juego vira hacia el survival horror y nos regala momentos de gran tensión. Sobre todo al principio del juego, cuando no tenemos armas.
El sigilo y BB (el bebé de la cápsula) serán para conocer su posición y evitar que nos detecten. ¿Por qué? Porque de atraparnos nos llevarán ante un Jefe que, de no llevar armas, nos matará sin remedio. Es curioso observar las secuelas de una muerte frente a estas criaturas.
Hay acción y sigilo, pero olvidaos experimentar un Metal Gear. Todo momento de acción es básico e incluso los combates contra los Jefes del juego son meros trámites para avanzar en la historia.
De igual forma, el componente online huye del habitual enfrentamiento entre jugadores. El objetivo es ayudar desintersadamente (la única recompensa son los likes de otros jugadores) de forma indirecta con indicaciones y herramientas que faciliten el viaje de otros jugadores.
Estas ayudas no estarán disponibles desde el primer momento y hay que activar la red quiral de cada zona para que aparezcan.
A nivel visual, el título explota el motor Decima de Guerrilla Games (Horizon: Zero Dawn) a la perfección. Las físicas están muy cuidadas y la recreación de escenarios y personajes hablan por sí mismas.
Por último, mencionar que las típicas gracia del director japonés siguen presentes en su nuevo universo, aunque sí ha dado algún paso a la hora de no hipersexualizar a sus personajes femeninos.
Death Stranding prometía ser un juego diferente, y vaya si lo es. Se centra en la calma más que en la tempestad. Pero cuando esta golpea, demuestra ser capaz de marcar un ritmo que pocos títulos pueden igualar.
No es un videojuego para todo el mundo. Si lo tuyo es pegar tiros y juegos como Journey no te transmiten nada, te sobran razones para no tocar lo último de Kojima. Estamos ante un título que amas u odias, y no hay lugar para posturas intermedias.
Hay acción y sigilo, pero olvidaos experimentar un Metal Gear. Todo momento de acción es básico e incluso los combates contra los Jefes del juego son meros trámites para avanzar en la historia.
De igual forma, el componente online huye del habitual enfrentamiento entre jugadores. El objetivo es ayudar desintersadamente (la única recompensa son los likes de otros jugadores) de forma indirecta con indicaciones y herramientas que faciliten el viaje de otros jugadores.
Estas ayudas no estarán disponibles desde el primer momento y hay que activar la red quiral de cada zona para que aparezcan.
A nivel visual, el título explota el motor Decima de Guerrilla Games (Horizon: Zero Dawn) a la perfección. Las físicas están muy cuidadas y la recreación de escenarios y personajes hablan por sí mismas.
Por último, mencionar que las típicas gracia del director japonés siguen presentes en su nuevo universo, aunque sí ha dado algún paso a la hora de no hipersexualizar a sus personajes femeninos.
Death Stranding prometía ser un juego diferente, y vaya si lo es. Se centra en la calma más que en la tempestad. Pero cuando esta golpea, demuestra ser capaz de marcar un ritmo que pocos títulos pueden igualar.
No es un videojuego para todo el mundo. Si lo tuyo es pegar tiros y juegos como Journey no te transmiten nada, te sobran razones para no tocar lo último de Kojima. Estamos ante un título que amas u odias, y no hay lugar para posturas intermedias.
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