Angels Wear White (Jiā Nián Huá, Los ángeles visten de blanco) plasma de forma fría y cruda la realidad a la que deben enfrentarse las mujeres chinas desde su infancia.
Una película que no deja indiferente a nadie gracias a la habilidad de su directora al contar una historia necesaria sin caer en el drama fácil ni en sensacionalismos.
Mia (Vicky Chen) es una joven de 15 años que trabaja como recepcionista en un motel de una pequeña ciudad costera. Durante un turno de noche es testigo de cómo un hombre de mediana edad viola a dos colegialas en una de las habitaciones.
Debido a la situación irregular en la que se encuentra la joven, esta decide callarse para evitar perder su trabajo.
Por otro lado, Wen (Meijun Zhou), una de las chicas de 12 años violadas, comprobará que la violación solo ha sido el principio de su pesadilla.
La película muestra las dos caras de un mismo pueblo; un lugar como cualquier otro donde todo el mundo se conoce, pero que esconde más de un depredador. De hecho, el propio violador no es solo una persona cercana a las niñas, sino que además se trata de un personaje con gran poder político.
La corrupción social y la impunidad de la que gozan los hombres es la gran crítica de la cinta. Lo anterior es capaz de hacerlo sin dar ningún protagonismo al violador.
Este personaje no necesita ni siquiera aparecer en pantalla para encargarse de solucionar nada. Sus secuaces (policía, médicos y periodistas) y simpatizantes se encargan de solucionarle la papeleta.
Por supuesto, los padres también tienen su papel en la investigación del crimen. Y los hay para todos los gustos. Esta la madre que repudia a su hija, le corta la melena y la echa de casa, los padres que prefieren sacarle tajada a la violación de su hija a cambio de un soborno, y el que busca justicia.
El dinero y los abusos van de la mano en una sociedad donde al poderoso se le perdona y/o se le exonera de todo. Hao (Ke shi), abogada de Wen, se las ve y se las desea para rebatir las acusaciones de la policía hacia las niñas, pues su objetivo es demostrar la inocencia del violador alegando que las niñas lo emborracharon y sedujeron.
A Mia tampoco le va mucho mejor. Decir la verdad podría ayudar a las niñas, pero la expondría como ilegal. La adolescente vive rodeada de criminales y proxenetas que esperan su oportunidad para ofrecerla como un nuevo producto de su asqueroso mercado.
Estamos ante un drama con tintes de suspense muy potente tanto en forma como en contenido. Una historia ficticia que, tal y como dice su directora, refleja la realidad diaria de las mujeres en China, y pone en contexto la violencia contra las mujeres a nivel mundial.
Angels Wear White demuestra que la eficacia del cine de
crítica social reside en su capacidad para impactar. Tratando
temas como la violación y violencia contra menores, Vivian Qu lo habría tenido
muy fácil recurriendo a escenas explícitas. Sin embargo, opta por recurrir a
escenas más sutiles y diálogos que hielan la sangre.
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