La séptima entrega ha pasado por problemas para poder estrenarse en Tailandia, debido a la situación legal en la que se encuentra el actor Tony Jaa.
El Juzgado decidió prohibir el estreno de a película en salas tailandesas y, parece ser, que los seguidores de la saga en el país no son dos ni tres. El revuelo fue tal, que hubo que levantar la prohibición de su estreno y, finalmente, si llegará a los cines del país.
Tony Jaa fue denunciado por la compañía Sahamongkolfilm, con la que tiene un contrato hasta 2023 (eso es un contrato temporal). Según el contrato, el actor sólo puede hacer películas en exclusiva para Sahamongkolfilm y, al participar en Fast and Furious 7, lo habría incumplido. 49 millones de dólares le piden al actor por daños y perjuicios.
Mientras el juicio está en curso, el juzgado había optado por prohibir los trabajos de Tony para otras compañías, pero la presión popular ha sido más fuerte y no conviene mosquear a la gente más de la cuenta con una situación político y social tan complicada como tiene el país.
Tony Jaa tiene de su lado al público, y la gente no ha tardado en inundar el Facebook de Sahamongkolfilm con críticas. El boicot, está más que servido
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