Estamos ante una comedia dramática cimentada sobre: "es tan absurdo y chapucero que hay que reírse". Y te ríes mucho (parte de comedia), pero lloras (parte drama) porque
En 2005, Michael Burry (Christian Bale), gerente de Scion Capital y encargado de gestionar las inversiones, se da cuenta de que el mercado inmobiliario es una burbuja a punto de explotar y decide a postar contra los bancos sobre este colapso. Los bancos pensando que es retrasado, basándose en su apariencia y comportamiento debido al Asperger, aceptan todo su dinero y condiciones. Por otro lado, Jared Vennett (Ryan Gosling), trabajador de Deutschebank, oye rumores sobre alguien apostando contra el mercado inmobiliario y se pone en contacto (por suerte) con la oficina de Mark Baum (Steve Carell), un firme creyente de la corrupción del sistema, quienes se ponen a investigar la absurda idea de la burbuja. Y, con más suerte aún, Charlie Geller (John Magaro) y Jamie Shipley (Finn Wittrock), dos novatos en inversiones, se enteran de la inminente crisis y piden ayuda a un amigo y experto en inversiones, Ben Rickert (Brad Pitt). Todos comienzan a darse cuenta de lo corrupto y lleno de mierda está el sistema.
La multitud de historias paralelas y personajes (más o menos excéntricos), permite tener muchos puntos de vista sobre la situación. Desde el indignado Mark Baum, que va del asombro a querer estrangular a alguien, al pasotismo de Jared Vennett, al que sólo le interesa enriquecerse.
Al ser una historia con un alto contenido en términos económicos, la peli tira de recursos muy cómicos para explicar los conceptos más importantes. El Jared de Ryan Gosling habla directamente a la cámara para matizar si un hecho ocurrió realmente o es dramatizado por la película y recurrirá a estrellas como Margot Robbie o Selena Gómez para ejercer de profesoras. Es el Deadpool de las pelis de finanzas.
Aún con todas estas explicaciones, si ni te interesa el tema o ni te importa la crisis y menos aún cómo los bancos nos timaron o, simplemente, sigues el precepto: "pensar en el cine es de frikis", esta historia no es para ti.
Si bien, el personaje de Christian Bale es el más llamativo (de ahí su nominación al Oscar), ni el personaje de Carell o Pitt se quedan muy atrás. Ni los secundarios, que salen en un par de escenas, se quedan atrás.
Lo más parecido que tenemos en el cine patrio es Concursante de Rodrigo Cortés, donde nos ilustraba sobre el capitalismo y su absurdez.
La Gran Apuesta (The Big Short) te hace pasar un buen-mal rato, lleno de risas e indignación acompañado de irrefrenables ganas de meter fuego a varias cosas.
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