La película dirigida por Zack Snyder y protagonizada por Ben Affleck y Henry Cavill está recibiendo críticas muy desfavorables, en su mayoría.
El problema no viene de la película, sino de la creencia del espectador que piensa que va a ver una historia de superhéroes y pasar un buen rato acompañado de sus hijos. Dos grandes errores.
2 años han pasado de la batalla entre Superman y Zodd en Metrópolis. La Humanidad se da cuenta de la existencia de seres todopoderosos viviendo entre ellos y donde unos ven salvadores otros ven demonios que han de ser destruidos.
Los primeros minutos de la cinta marcan su frenético ritmo. Vemos historias que ya conocemos, de otras versiones del personaje, con un mayor enfoque dramático y la batalla de Zodd y Superman desde el punto de vista de Bruce Wayne, con destrucción y muertes de inocentes, ponen los pelos de punto.
Zack Snyder continúa con el mismo planteamiento de personajes que en El Hombre de Acero, por lo que si no te gustó ésta, no va a gustarte El Amanecer de la Justicia.
Estos Superman, Batman, Wonder Woman, Lex y compañía, no son los típicos. El bien y el mal no están tan claros y los personajes tienen dudas y conflictos internos.
Superman no es el adalid de la justicia que ve a la humanidad como una raza perfecta a la que proteger de amenazas extraterrestres (también lo hace), los ve como seres imperfectos donde hay mucho cabrón suelto a los que hay que detener.
Este Kal-El no es todo sonrisas y conducta ejemplar. Esta adaptación del personaje se baja al barro y no tiene miedo a ensuciarse. Y el cameo del gran Neil deGrasse Tyson sirve para explicar al personaje.
Similar asunto ocurre con Batman. Ben Affleck y Jeremy Irons son una pareja perfecta y hacen olvidar muy rápido a Christian Bale y a Michael Caine. Lo bonito de esta peli es que, tanto si gusta como si no, van a tener que reconocer que Affleck es el puto Batman y a cerrar bocas.
Este Batman SÍ da miedo y se comprende que los villanos de Gotham estén acojonados. Su primera aparición es digna de una película de terror y, si padres con hijos están en la sala, se darán cuenta de que se han equivocado de película. Por si no se habían dado cuenta.
Batman acojona y sus brutales combates demuestran por qué no es para todos los públicos. Su estilo de lucha está alejado de las estáticas peleas con codos de Bale y es estilo a los videojuegos de Arkham con un plus de brutalidad sin miedo a resultar incómodo. Tapen los ojos a sus hijos.
Los más fieles al cómic o al cine de superhéroes sin tacha, van a tener otro motivo para rasgarse las vestiduras.
Si eres de los que no le gustan los cambios, tampoco te gustará Lex (Jesse Eisenberg): ¡¡TIENE PELO Y ES JOVEN!!. Si este detalle no te gusta, tampoco te gustará que Flash sea moreno o Aquaman sea Jason Momoa.
No es el villano cómico de Gene Hackman o Kevin Spacey. Este Lex sigue siendo muy inteligente, pero más trastornado y cruel. Una persona cuyo cerebro más rápido que su boca y se pierde al hablar. Otro personaje que no es tan elegante y perfecto al habitual en el género.
Diana Price/Wonder Woman (Gal Gadot) tiene un papel secundario en la película y, aún así, consigue hacerle sombra a los tíos de laS capaS. Participa en el combate más brutal de la película (con permiso de Batman) y deja con ganas de ver cómo sera su historia en solitario. También, habrá quien diga que Wonder Woman es una mierda porque tiene que tener tetas más grandes. Y si los imbéciles volarán...
El Amanecer de la Justicia está más cerca de Watchmen que de Avengers. Snyder torna a los personajes en reales lejos de la utopía del héroe todobondadoso y de ética ejemplar.
Toma de material base las versiones más oscuras de los personajes: El Caballero Oscuro Renace de Frank Miller, La Muerte de Superman e, incluso, del reciente Injustice: Gods Amongs Us.
La cinta tiene una carga política importante. Esta bien que Superman se pegue con aliens, pero si le da por irse a África pegarle una guantá a al señor de la guerra de turno, eso es saltarse la legalidad.
Vemos un atisbo del modelo totalitario de Superman y, algo más, de un Batman fascista dueño y señor de Gotham, que no ve a Superman como un humano y lo discrimina sin contemplaciones.
Al contrario de lo que ocurre con Marvel, con DC no entras y sales del cine con una sonrisa. DC incomoda usando a personajes legendarios del cómic, de ahí el enfado de algunos. Y no es que el Capitán América y compañía sean mancos a la hora de repartir, pero la diferencia es que éstos se pegan con aliens feos, robots y nazis, cosas que poco nos importan que rompan a trozos o exploten por los aires. Sobre todo si hay un chiste por medio.
Batman v Superman no sigue el la estela Marvel. Tiene sus propias reglas y va dirigido a un público más abierto a la oscuridad y psique de los héroes y no tan cerrado a la bondad incorruptible mil veces vista.
Lástima que, incluso apostando por un público adulto, la peli llegue cortada por temas de calificación y a la edición doméstica para verla completa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario