5 mar 2016

La Habitación. El mundo da miedo

La Habitación (Room) es una co-producción irlandesa y canadiense, basada en el libro de mismo título, escrito por Emma Donoghue y protagonizada por Brie Larson (ganadora del Oscar) y Jacob Tremblay (inexplicablemte, no nominado como actor principal ni de reparto).

Los Oscars de este año han tenido muy buenas películas con variedad de historias, épocas y personajes. Complicado quedarse con la mejor, aunque Spotlight se ha hecho con el premio, cualquier otra lo tenía merecido. 
Pero, quedándome con un enfoque original y multitud de situaciones y emociones que tienen lugar, La Habitación, no se deja tema sin tratar.


Ma es una joven de 24 años que vive recluida en una habitación con su hijo, Jack, de 5 años de edad. Jack no conoce nada del mundo exterior y su único contacto con el mundo es una claraboya en el techo, por la que puede ver el cielo y la televisión. La única persona del exterior que conoce es el viejo Nick, un hombre que visita a su madre todas las noches mientras permanece escondido en el armario.

Sin hacer mucho spoiler, la película no transcurre entera en la habitación. A mitad de la película, la situación cambia y explora el post-encierro. Cualquier otra cinta se quedaría contenta con el final tópico de este tipo de historias, pero La Habitación (como el libro) la coloca en medio y sigue hacia delante para continuar la historia de sus protagonistas en un nuevo mundo. Es ahí, donde Jacob Trembley, lo borda transmitiendo al espectador cómo percibe lo que está viendo y ocurriendo.

Brie Larson no se queda atrás y su personaje de Ma, al contrario que Jack, si había vivido fuera de a habitación y tendrá que afrontar la vuelta al mundo, lidiando con su familia y, por supuesto, la prensa. 
De forma parecida a lo que ocurría en Perdida (pero en menor medida), la peli se guarda un par de momentos para repartir a la prensa más sensacionalista y carroñera, a la que poco importa los sentimientos de la gente y sólo busca morbo.

Como curiosidad, la habitación es una habitación de 11 x 11. No es un set desmontable con truco. Según su director, Lenny Abrahamson, rodar las escenas era cómo jugar al tetris. Otra curiosidad, es que el nombre de viejo Nick con el que se conoce al hombre que baja cada noche, es un apodo inglés con el que se conocía al Diablo a mediados del siglo 17.

Ni el libro ni la película, se basan en un caso real concreto, por si alguien se lo preguntaba.

La película no muestra ninguna escena dura, a pesar de su temática y situaciones, pero no impide que se te ponga mal cuerpo en determinados momentos. 

Pasar de la felicidad a la tristeza y viceversa, es una de las virtudes de esta historia protagonizada por dos grandes actores.

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