En Houston, un grupo de clientes espera la salida de GTA V. Son las 9 de la noche y la tienda GameStop está haciendo una buena caja hasta que 3 encapuchados entran en escena. Desvalijan la tienda, saquean la caja, roban las carteras y móviles de los clientes y se largan. No sin antes dar con un taser a uno de los clientes.
Más realismo no se puede pedir. Uno de los dependientes les colocó un rastreador, pero este fue encontrado a los pocos metros. Los atracadores se dieron cuenta y lo lanzaron para despistar. La policía continúa su búsqueda.
Los de Rockstar se verán envueltos en otra polémica (van unas cuantas) sobre la violencia de sus juegos y su negativa influencia en la sociedad. Al menos esta vez no ha habido muertos.
En tiempos de crisis hay que buscarse la vida y estos tres han aprendido un nuevo oficio gracias a los videojuegos. No todo va ser negativo.
Pasarte determinados juegos deberían convalidarlos como cursos de formación para el empleo o FP de grado superior o medio. Por ejemplo, pilotar aviones en GTA V debería valer para las horas de vuelo y los golpes constatarían tus aptitudes para ser banquero o político corrupto.
La duda que me "asalta" (chiste sutil) es si este trío habrá contado con una pizarra y un Lester para planear el golpe.
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