9 may 2017

Prey. Un gran salto para la humanidad

El thriller de ciencia ficción desarrollado por Arkane Studios, reinventa a la mal llamada saga Prey (sólo tuvo un título en 2006 y su secuela, se canceló), un juego que será nuevo para la mayoría del público. 
Si no se llamase Prey estaríamos hablando de una nueva IP porque del título original no queda nada. Y eso son buenas noticias.

Un shooter en primera persona de exploración en mundo abierto con tintes de rol y un nivel de dificultad muy elevado. No apto para el gran público.


La historia se desarrolla en una realidad alternativa donde JFK no fue asesinado y logra poner en marcha un programa espacial muy completo, consiguiendo grandes avances tecnológicos. 
Es el año 2032, nos metemos en el papel de Morgan Yu (mujer u hombre), trabajador de la estación espacial Talos-1, lugar donde se están desarrollando unos experimentos que salen mal (¡SORPRESA!). Tendremos que averiguar qué ocurre, escapar de la estación e ir ayudando al resto de compañeros que nos encontremos.

En los primeros minutos de juego, se nos dará mucha información y "cosas" ocurrirán, consiguiendo que no tengamos ni idea de qué está ocurriendo. Nuestra/o prota no anda en mejor posición porque su memoria ha sido borrada
Nada es fácil en Prey. Ni siquiera su modo Fácil es fácil, y moriremos muchas veces. La curva de aprendizaje es muy drástica.

Prey tiene influencias de Deus Ex, Bioshock y, por supuesto, Dishonored. Llevados al límite. 
La Talos 1 es enorme. Multitud de zonas para explorar e, inevitablemente, perderse. La historia nos dice a dónde ir, pero no cómo llegar. El mapa es casi inexistente y toca patear caminos a ciegas, resolviendo puzzles y enfrentándose a las criaturas que andan sueltas por las instalaciones. A ésto, se le une que podemos encontrar varias formas de afrontar las situaciones y de llegar a los objetivos. La casualidad suele ser el método más eficaz.

Morgan es muy personalizable. Tiene tres árboles de habilidades (científica, ingeniería, seguridad) con multitud de aspectos a desarrollar y más habilidades que podremos desbloquear, a medida que se desarrolla la historia. No se puede elegir todo y hay que elegir qué tipo de personaje vamos a desarrollar. También podemos mejorar la armadura, armas y crear objetos. 
Prey es un shooter en el que no podremos elegir las 2 ó 3 armas que más nos gusten y pasarnos la aventura con ellas (tampoco abundan las municiones). El juego es exigente y nos obliga a dominarlas todas, si queremos ver el desenlace de la historia. Añade el sigilo a la mezcla y tienes un gran reto por delante.

Los escenarios de Prey son enormes, muy variados e interconectados. Podemos retroceder para explorar zonas ya visitadas cuando queramos, escoger otros caminos para desbloquear nuevas zonas, etc. La premisa principal es dar total libertad y no meter prisa para cumplir los objetivos principales (hay objetivos secundarios para regalar). 
Si explorar cada rincón, encontrar claves para abrir puertas, leer documentos y demás, te gusta, con Prey lo vas a pasar en grande. Sin olvidar, los momentos de tensión que corren a cargo de los peculiares enemigos, capaces de ocultarse a plena vista y darte un disgusto.

La aventura puede alcanzar las 30 horas si vamos explorando y realizando todos los objetivos secundarios y unas 20, si vamos sin detenernos. 
Es muy rejugable debido a decisiones que debemos tomar y a la imposibilidad de ver todas las habilidades en una sola partida.

Por ponerle un par de pegas a Prey: 
- Los tiempos de carga entre secciones, duran un minuto, a veces. 
- La historia empieza fuerte, pero tiene momentos de bajón y el malo no está a la altura del título.
Repito: No es un título para todo el mundo y no se amolda a cualquiera. No es un FPS donde valga disparar a saco todo el rato. Toca pensar y quedarse atrancada/o más de una vez.

Prey ofrece una aventura de ciencia-ficción espacial profunda con libertad para afrontar las situaciones como venga en gana y deja con ganas de ver qué deparará el futuro a la saga. 

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