20 may 2017

Himizu. Lo mejor, es ser una persona corriente

Drama japonés de 2011, dirigido y escrito por el impredecible Sion Sono, que adapta el manga de Minoru Furuya, sumergiéndonos en la desesperación de la sociedad japonesa actual.

Una de las películas más "light" de Sono (lo que no quiere decir que sea para todos los públicos), y una buena oportunidad para introducirse en su filmografía. Si se quiere asumir el riesgo. 

La historia tiene lugar tras el tsunami de 2011 y tiene como protagonista a Sumida (Shota Sometani), un chico de 14 años, apático, cuyas aspiraciones en la vida, son muy diferentes a las del resto de sus compañeros: tener una existencia tranquila regentando el negocio de alquiler de barcas de su madre.
No le será fácil con las apariciones de un padre maltratador, el abandono de su madre, yakuzas reclamando deudas y con el único apoyo de un grupo de mendigos, y la presencia constante de su compañera de clase, Keiko (Fumi Nikaido), locamente enamorada de él.
Sumida es de familia pobre y Keiko es de familia rica, pero les une un hecho insólito: sus padres y madres, los quieren muertos.

En el viaje de los jóvenes protagonistas, se nos muestra la división de la sociedad japonesa sin puntos medios: lo antiguo contra lo moderno, los viejos contra los jóvenes, los muy ricos contra los muy pobres. 
Los lazos familiares dejan de importar, con padres que abandonan a sus hijos o los incitan al suicidio, dando lugar a que completos desconocidos, sin nada en la vida, desviviéndose por su bienestar. 

Los ancianos son los olvidados, presenciando con impotencia el camino que está tomando la sociedad y su pérdida de valores. 
Los jóvenes son una generación que nadie quiere y anda perdida en su camino, sin llegar a conectar con nadie. Son los indeseados, los sin futuro, los que cuya desaparición de la existencia sería una gran alivio para la economía y para las élites de los países

Como no podía ser de otra forma, la búsqueda de una salida hacia una vida tranquila por parte de los jóvenes, está plagada de momentos perturbadores, retratando a personajes de varias edades, llevando a cabo sus planes de vida, en los cuales el dinero es lo fundamental, y su moralidad, más que cuestionable. Hay momentos de todos los colores para dejarte con cara de mosqueo.

El as en la manga de la cinta, consiste en hablar de la desesperación para mandar su mensaje de esperanza. No de una forma típica o como lo haría Mr. Wonderful, pero lo hace, a su manera. 
No es una de esas historias para subirte el ánimo. Bueno, un poco sí.

Cualquier otra cosa que no sea aspirar a llevar una vida normal, donde nada bueno o malo ocurra, sólo conduce a la desesperación, y a desear que las cosas hubiesen sido mejores.

Miles de personas mueren al día. ¿Eres de los que piensa que puedes ser una de ellas?
Probablemente, no.
A muy pocos le toca la lotería. ¿Eres de los que piensa que va a ganar?
Probablemente, sí.

Cuando su padre aparece para pegarle y robarle; piensa que todo irá bien.
Cuando su madre le abandona para ir a vivir con su novio; hace un gran esfuerzo para seguir adelante.
Cuando se da cuenta de que ha dejado de ser normal; intenta hacer que su vida valga la pena.
Cuando los demonios de su cabeza empiezan a hablarle; hace todo lo posible por ignorarlos.
¿Cuánto tiempo lo soportarías tú?

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