El oficio de actor y actriz conlleva meterte en la piel de un personaje real o ficticio, que vive conflictos de la vida cotidiana o fantásticas. Como es normal, la mayoría no se parecen en nada a los papeles que les dan fama, algo que cuesta entender aún por el público.
En el caso que nos ocupa, participar en El Hobbit no significa saber de qué va todo ni entender lo que hace tu personaje en medio de una batalla.
Ian McKellen anda promocionando la última entrega de El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos y ha aparecido en el programa de Graham Norton, para hablar de la película... o lo ha intentado.
"Lo mejor de haber visto la película es entender el argumento. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo durante el rodaje". ¿Para qué mentir?
La película culmina con una espectacular batalla de 45 minutos y Sir Ian comentó: "Es impresionante, pero no me preguntes nada más sobre cómo se ha hecho porque no lo entiendo".
Interpretar a Gandalf por sexta vez no le sentó muy bien al principio: "Fue bueno rodar en lo alto de una montaña. Pero rodar con un fondo verde es algo miserable". El abuso del croma tampoco sienta muy bien entre los actores. "Al finalizar el primer día, acabé llorando y me dije: "Esta no es la razón por la que me hice actor", olvidando que aún tenía el micro puesto".
De las declaraciones de Ian McKellen se puede concluir que Peter Jackson parece haberse olvidado, un poco, de transmitir a sus actores y equipo su visión del proyecto. Para bien o para mal, el resultado lo veremos el 17 de diciembre.
Esta será la última película basada en el mundo de Tolkien. Al menos será la última con Peter Jackson, algo cansado de las "batallas" legales por los derechos de autor de la obra y que provocó retrasos de rodaje, cambio de director (Guillermo del Toro se encargó de la adaptación en un principio), cambio en el número de películas (pasando de 2 a 3) e, incluso, estuvo a punto de provocar la cancelación del proyecto.
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