New World (Sin-se-gae, 2013) es una historia sobre el crimen organizado sin embellecerlo ni hacerlo atractivo para el espectador. Nada de conversaciones educadas ni códigos de honor ni nada por el estilo. La mafia es cruel y peligrosa, aquí y en Corea del Sur. Por mucho que El Padrino se empeñe en endulzarlo.
El presidente de Goldmoon, una de las empresas más fuertes de Corea del Sur, ha muerto en un accidente y su junta de accionistas debe elegir a su sucesor entre dos candidatos: Jung Chung y Lee Joong-gu. Hasta aquí, todo bien.
El problema es que Goldmoon es la unión de tres familias mafiosas metidas en el mundo empresarial, lo que los convierte en la organización mafiosa más grande del país. La sucesión va a ser de todo menos pacífica.
El protagonista y desgraciado de turno es Ja-sung, amigo y hombre de confianza de Jun Chung... y policía infiltrado en la organización durante 8 años. Ha hecho su vida en la organización: tiene amigos, está casado y espera un hijo y ha llegado el momento de decidir a quién debe lealtad.
Lo bueno del cine coreano, y del cine asiático, es su forma de presentar a sus personajes, no son correctos ni se preocupan por ello. Son gente "normal" y así se comportan aunque parezcan ridículos. La primera aparición de Jun Chung es un gran ejemplo: el favorito a la sucesión aparece en el aeropuerto con un traje impoluto de marca, gafas de sol de marca y con
También, es la crítica al consumismo y la ostentación y lo deja claro: "Estas gafas me han costado un pastizal y son buenas porque no veo una puta mierda con ellas". Es el comportamiento universal de comprar algo inútil de marca para dar envidia a la gente. y hacerles saber que tengo taco y soy superior.
Si Jung Chung es el alocado, su competidor Joong-gu es el elegante y calculador. Es el prototipo de empresario frío e implacable que se sabe intocable por su posición, cuya arma principal es la amenaza. Elegante, pero acojonante.
Por el bando policial, está el jefe Kang interpretado por Choi Min-sik (conocido mundialmente por Old Boy y ha aparecido en el truño de Lucy, donde él y su banda de asesinos era lo más destacable). Superior de Ja-sung y una de las pocas personas que sabe que es un infiltrado.
En New World nada es blanco o negro y Kang lo demuestra con la total falta de empatía que siente por Ja-sung quien se juega la vida y la de su familia. Kang quiere acabar con Goldmoon y le da igual lo que cueste.
Ja-sung es el personaje que se lo juega todo. Sólo quiere acabar su misión y salir del país con su familia, pero no lo tiene fácil. A su misión de infiltrado se le une la guerra por la sucesión que dará lugar a las escenas más brutales de la película (no podía ser de otra forma en el cine coreano) con una multitudinaria pelea de bandas incluida. En la escena del ascensor la violencia y la chulería sube a otro nivel.
Ja-sung ha pasado más tiempo como mafioso que como policía y, aunque el dinero no le llama la atención, pasar de ser un ejecutivo de una gran empresa a un poli mileurista no es una elección fácil.
La trama depara más de una y dos y tres sorpresas. Una película sobre el crimen organizado muy recomendable te guste o no el género y te guste o no el cine coreano, bastante más radical que el cine occidental en determinados temas.
Hay que decir que los crímenes de los que se acusa a Goldmoon son de malversación, tráfico de influencias, coacción y evasión de impuestos. Vamos, lo que aquí se conoce como política o empresa del IBEX 35. Estos coreanos son unos exagerados.
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