Exacto, lo habéis adivinado. Dorian es gay.
No es nada nuevo en un juego de Bioware y, tampoco, en la saga Dragon Age. Ya habían aparecido personajes secundarios homosexuales y bisexuales con anterioridad. Además, Bioware da libertad para elegir el sexo del protagonista y su orientación sexual a lo largo de sus historias. Romper tabúes con naturalidad es uno de los grandes aciertos de la compañía.
Lo que destaca Gaider es que se trata de su primer personaje homosexual con una historia personal que aportará una riqueza argumental pocas veces vista en un videojuego.
El guión de Dragon Age Inquisition parece ser uno de sus puntos fuertes y está siendo cuidado hasta el mínimo detalle para enganchar al público y, para ello, están creando unos acompañantes más completos y más relevantes que en las entregas anteriores.
En el caso de Dorian, será un mago gay que no esconde su condición, a pesar de vivir en una nación donde las relaciones entre personas del mismo sexo son motivo de rechazo e imperfección (todo muy ficticio. ¡Qué imaginativos son en Bioware!)
A Dorian parece darle igual el ser un marginado y no se esconde y, aunque no esté encantado con los usos y costumbres de su tierra, luchará por devolverle su grandeza y se unirá a la Inquisición.
Bioware siempre ha apostado por la diversidad de sus protagonistas en sus juegos de rol, algo que puede no hacer gracia a determinados jugadores e incomoda a otros tantos. Esta marca de la casa, acentúa la posición de otras compañías con asuntos más pequeños como Ubisoft y su no inclusión de una asesina en Unity.
Como todo en la vida, unos van diez pasos por delante de los demás.
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