Cada cierto tiempo volvemos a los mismos personajes y a las mismas historias con diferentes enfoques, todos con el objetivo de atraer cuanto más público mejor. Y si puede ser para todos los públicos mejor que mejor.
Pero, ¿qué pasa cuando no se puede vivir sólo de unos limitados personajes y queremos extender determinados valores cristianos para atraer a este público (familias a poder ser)?
Fácil. Recurrimos a personajes populares y dejamos que sus guionistas cristianos hagan un guiño sutil para que las congregaciones califiquen a la peli como apta para este público.
Por ejemplo:
Para que se entienda, la Biblia es como DC o Marvel: una fuente inagotable de historias con personajes que arrastran a muchos seguidores.
Hay diferencias. La Biblia tiene a Jesús, Moisés, Noé, etc (en un continuo reboot) y DC y Marvel tienen a Superman, Batman, Spiderman, X-Men, etc.
La Biblia siempre ha estado ahí, pero hubo un punto de inflexión que causó el reciente afán de Hollywood por agradar al público cristiano: La Pasión de Mel Gibson.
Mel Gibson (sin querer) dio con una tecla de hacer dinero. Se las vió y deseó para encontrar distribuidora y una vez que su personal visión (personal, porque puso toda la la violencia sin apartar la cámara) se estrenó impactó al público y recaudó millones por todo el mundo.
Los estudios de Hollywood cayeron en la cuenta. Si en Estados Unidos el 70% de la población se define cristiana (protestantes y católicos) y la religión mayoritaria del mundo es el crsitianismo: Ding, ding, ding, ding.
Cada estudio lanza cada cierto tiempo una peli de algún personaje bíblico, a poder ser con actores con tirón y hacer caja. Pero, entre tiempo han encontrado fórmulas para atraer al público cristiano más cerrado.
Surge la figura de las productoras cristianas. Su papel suele ser el de aconsejar a los estudios para hacer las películas aptas. Visualizan la cinta e introducen cambios y cortan diálogos "poco apropiados".
¿Qué se consigue con esta labor? Las congregaciones cristianas y sus pastores gozan de cierto grado de influencia en su comunidad, por lo tanto, una película con el sello de apta se difunde por esta vía directa. Imagínate la escena de un sermón de domingo y el cura te recomienda tal o cual peli.
¿Y funciona? De los últimos experimentos se encuentra la miniserie de La Biblia que contó con un gran número de teólogos como asesores y se pasó a varias congregaciones para su visionado y su visto bueno. El resultado fue una audiencia media de 10 millones de espectadores. La audiencia que hace The Walking Dead más o menos (lo petó).
Tienen bastante influencia, no para hundir una peli, pero si para darle mala publicidad y para paralizar proyectos. A veces la mala publicidad no viene del todo mal como ocurrió con El Exorcista, acusada de formar parte de un plan para la llegada de Satán. El hecho de que el director no fuese cristiano influyó en el asunto.
Hay que andarse con ojo. Los Monty Python y La Vida de Brian fueron acusados de todo lo acusable.... sin que nadie la hubiese visto. La cosa se salió de madre y dos de sus miembros tuvieron que acudir a un debate de televisión para dar explicaciones.
Si a los Monty Python les dijeron de todo por su película, qué no le dirán a Paul Verhoeven (director de Robocop, Instinto Básico) si consigue estrenar su película sobre Jesús de Nazaret, basado en su libro. Verhoeven lleva años intentando encontrar productora, pero hay varios obstáculos. El principal es que su Jesús es un revolucionario sin ningún poder sobrenatural, nacido de la violación de María por un soldado romano.
Buena suerte, Paul.
Los estudios reciben con los brazos abiertos los proyectos bíblicos con directores y actores de renombre. Cuando aparece por la puerta un Ridley Scott queriendo hacer una peli de Moisés con Christian Bale, la alfombra roja se extiende sola.
Algo así debió de ocurrirle a Paramount cuando Aronofsky apareció con su Noé y Russel Crowe. El estudio no le prestaría mucha atención o no sabían de la preferencia del director por este personaje y su visión ecologista.
Resultado: creyentes criticando a este Noé ecologista que ve a la humanidad como el elemento destructor del mundo. Otro elemento que mosqueó, más aún, es el "excesivo protagonismo" de la mujer de Noé.
- ¿Ecologismo y personajes femeninos con protagonismo en la biblia? Lo que me faltaba por ver.
Y lo que te queda. Porque el colmo de la cinta de Aronofsky que mosquea (y mucho) a la comunidad cristiana a favor del creacionismo sobre la evolución, es cuando Noé cuenta el génesis mientras salen las imágenes del Big Bang y la evolución de las especies. JUEGO, SET Y PARTIDO.
Para evitar estas situaciones de desbiblificar personajes bíblicos se pasa a biblificar personajes no bíblicos (o lo que se pueda). Hay que empezar por los superhéroes que tan de moda están.
En la primera peli de Thor, había que dejar claro que los asgardianos no eran dioses (porque Dios sólo hay uno) sino extraterrestres con grandes poderes.
Pero es con El Hombre de Acero cuando la cosa se pone serie. Warner tenía a su Jesucristo y no ocultó sus intenciones de hacer caja con el público cristiano (Clark Kent acudiendo a hablar con el cura no recuerdo haberlo visto en comics). El guionista David Goyer, se inspiró en la Biblia para la secuencia del descenso de Superman con los brazos en cruz una vez que acepta su papel de salvador de la humanidad.
Por supuesto, el filón se da a la inversa. Con el estreno, desde los círculos cristianos aparecieron cosas como Jesús: más que nuestro Superman o Jesús: el superhéroe original. Todo para adoctrinar a niños y niñas usando a Superman y la película como reclamo.
Los esfuerzos de Hollywood se dirigen a no ofender a las religiones mayoritarias y, a la vez, reforzar un mensaje religioso. Total que nombre como los de Brad Pitt suena para hacer de Poncio Pilato, Will Smith para participar en una cinta de Caín y Abel o Ang Lee dispuesto para hacer otro Moisés. Tenemos Biblia pa rato.
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