Los espías juegan a Final Fantasy.

Gracias al cine, al oír la palabra espía pensamos, de inmediato, en James Bond y sus aventuras desbaratando los planes del malvado de turno. Algo bastante alejado de la realidad. 
Los espías son gente normal y corriente y les gustan las mismas cosas que al resto. El diario Der Spiegel ha mostrado que entre el personal de la NSA hay fans de FF.



El diario alemán publicó la semana pasada unos documentos sobre las operaciones de espionaje en su país. En la lista, destaca un programa espía llamado "WildChocobo".
Efectivamente, quien quiera que ha diseñado el programa espía conoce a esta entrañable criatura del universo de Square Enix. 

La cosa no sólo se centra en Final Fantasy, destacan otros nombres como Chaos Overlord (juego de estrategia) o Screaming Harpy (criatura de Order and Chaos).

Otro elemento que parece destacar de los datos del periódico es la gamificación (gamification) del trabajo de espionaje. Supuestamente, la agencia estaría usando sistemas como subidas de nivel o puntos de experiencia, en función del trabajo de cada uno de sus agentes. Una forma de incentivar al personal y sus labores de análisis de datos.

Quitando el hecho de que están espiando a gente, el método para aumentar el rendimiento me parece efectivo (competitivas/os somos un rato y en juegos ni te cuento). Aunque algo me dice que en España continuaremos con el eficaz grito y amenaza de: "en la calle tengo a cien esclavas/os candidatas/os que harían mejor y más rápido tu trabajo y por menos dinero".
La cultura empresarial nacional siempre a la vanguardia desde los tiempos del Antiguo Régimen.