19 may 2014
Big Bad Wolves. ¿Quién teme al lobo feroz?
Big Bad Wolves es una película israelí que mezcla el thriller policíaco con el drama y el humor negro dando como resultado una obra imprescindible. Y a Tarantino, también, le ha gustado.
Las desapariciones y brutales asesinatos de unas niñas de primaria ponen en alerta a la policía. Incapaces de resolver el caso el padre de una de las víctimas y uno de los detectives apartados del caso deciden tomarse la justicia por su mano secuestrando al principal sospechoso del caso, un profesor de religión que es arrestado y luego liberado por una "negligencia policial" (le dan de hostias, vamos).
Ya sé, el primer obstáculo para ver la peli: "Es que es israelí y yo de éso no veo, ble, ble, ble".
Sí, es israelí y es buena película. No es un rollo ni lenta ni hay cosas raras.
No me las voy a dar de entendida, es la primera película israelí que veo. No sé como es el cine del país ni conozco otras obras del director ni se pronunciar los nombres de los actores. Vaya la verdad por delante.
Segundo obstáculo: "Si Tarantino dice que le gusta la peli será rara y llena de sangre. Además, no me gusta Tarantino".
La película no es gore ni tiene exceso de sangre ni se enfoca en la violencia física. Hay violencia porque la película va de torturar al sospechoso, pero no tiene el objeto de desagradar al espectador. Hay lo justo.
Ésta, por otro lado, es una de las claves de la película: si es justificable el tomarse la justicia por tu mano, sobre todo, cuando no sabes si a quien vas a zurrar es el culpable.
Cuando lees la sinopsis es inevitable pensar: "Bueno, otro drama más, pero en Israel. De ahí tanto bombo". Por suerte para los espectadores, a pesar de un tema visto en otras pelis, el tratamiento es diferente.
Jugar con el espectador es el arma de Big Bad Wolves. Durante la película habrá varios momentos en los que empatizaremos con los tres personajes. El padre que busca venganza (es entendible), el detective que quiere apartar a un monstruo de las calles y, también, es padre (es comprensible) y el señalado profesor de instituto por pedófilo que sin pruebas es juzgado por la sociedad y expulsado de su trabajo, un hombre divorciado y padre, al igual que los otros, sin apenas apoyo para aguantar la situación. Un tipo corriente que un día paseando al perro es secuestrado y conducido a un sótano para ser torturado (su sufrimiento no se escapa al espectador).
Otra de las cosas que más llaman la atención es lo mucho que os vais a reír.
- ¿Qué dices enferma? ¿No has dicho que esta peli va de tortura y niñas asesinadas?
- Exacto, pero hay momentos para chistes.
No es un humor macabro que haga gracias sobre los asesinatos ni nada de eso. Son algunas conversaciones y momento que os harán reír.
En esta historia no hay detectives con grandes conocimientos ni dotes de deducción extraordinarias. Son gente normal que hace lo que puede. Son gente violenta normal que hace lo que puede para sacar confesiones a base de palizas a los sospechosos.
Supongo que los métodos policiales de la "vieja escuela" son iguales en todos los países.
Un hurra por el acercamiento entre culturas: ¡HURRA!
La policía no sale muy bien parada y aprovechan para ponerlos de vuelta y media con situaciones tan absurdas que las crees.
Frases como: "Te lo explicaré de tal forma que hasta un policía israelí pueda entenderlo", dejan clara la idea.
También, hay hueco para el conflicto palestino-israelí del que se encarga el personaje del jinete árabe. Sale en dos escenas muy buenas para resaltar lo absurdo que son los prejuicios de los israelíes contra los árabes y viceversa.
Una interesante e intensa historia que culmina en un desenlace sin medias tintas.
Cuando los lobos se quitan la piel de cordero no hay quien los pare.
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