29 may 2014

Star Wars nació en una tierra muy, muy lejana.

Con la nueva trilogía comenzando a rodarse y los spinoffs ya planeados, el universo Star Wars vuelve a estar muy de moda y levantando expectación. Un momento ideal para echar una mirada al pasado para conocer los orígenes de esta prolífica saga.
Star Wars no existiría (o sería muy diferente) sin Akira Kurosawa. Concretamente, sin La Fortaleza Oculta (1958) no tendríamos varios de los personajes emblemáticos de la saga.






La Fortaleza Oculta cuenta la historia de una princesa destronada, escoltada por un samurai, que ha de cruzar territorio enemigo para llegar a la zona de sus aliados. En el viaje engañarán a dos campesinos avariciosos para que les ayuden a cambio de una recompensa. Estos dos campesinos son la inspiración para C3PO y R2D2 y juegan un papel similar en la trama.

Esto no quiere decir que Lucas no tenga ningún mérito al crear Star Wars, ni mucho menos. Pero, resulta curioso el modo en el que puede surgir una idea.

La cosa no queda aquí. George Lucas quería que el actor Toshiro Mifune (el guardaespaldas de la princesa en La Fortaleza Oculta) interpretase a Obi Wan Kenobi, pero Mifune que gozaba de un gran prestigio como actor no quería participar en una película infantil. Y, según la hija del actor, Lucas lo intentó de nuevo ofreciéndole el papel del emblemático Darth Vader con el mismo resultado.

La historia de Star Wars podría haber sido bastante diferente con Mifune como Obi Wan. Este personaje no debería haber muerto en al final de la película. Fue Alec Guinnes quien pidió a Lucas que cambiase el guión y lo matase porque no aguantaba más.

Alec Guinnes puede ser una de las personas que más odiase Star Wars en el planeta. No le gustaban los diálogos (resultaba difícil que los recitase sin reírse) ni los desconocidos actores que lo acompañaban. Lo consideraba un cuento de hadas de mierda (traducido literalmente). 
Por un lado es entendible. Alec Guinnes era un actor de "cine serio" y de gran renombre y tanto sable de luz, lado oscuro, droides y bichos raros lo tendrían descolocado.

Eso sí, sera una mierda, pero muy lucrativa. Los descendientes del actor aún viven de las ganancias de este trabajo.
Que algo no te guste no significa que no puedas forrarte a su costa.

A nadie se le escapaba que los jedi tenían influencia samurai. De hecho, la palabra escogida por Lucas viene de Jidai Geki expresión usada en Japón para calificar a las películas de género histórico.

George Lucas era fan de Akira Kurosawa y sacó su idea de sus películas de samurais. Mucho más original que simplemente limitarse a hacer un remake como ocurrió con los Siete Samurais, también de Kurosawa, que pasaron a ser los Siete Magníficos. Una muestra de como se conciben los mismos héroes en dos culturas diferentes.

Las historias de samurais es algo de lo que rara vez podemos disfrutar en los cines occidentales (a no ser que aparezca un americano de por medio como Tom Cruise o Keanu Reeves) y es una pena. Los títulos de samurais que alcanzan gran difusión no son de lo peor (hay excepciones), pero no son de lo mejor. 
Casi milagroso fue ver Zatoichi en los cines y supongo que la figura de Takeshi Kitano influyó en el proceso.
Nos perdemos títulos como El Ocaso del Samurai, The Hidden Blade o la más reciente Harakiri. Historias de samurais con personajes y enfoques muy diferentes a los vistos, por ejemplo, en la taquillera El Último Samurai.

George lucas ha hecho mucho por el género de ciencia ficción y aventuras, pero no es mi intención compararlo con Kurosawa como cineasta. Akira Kurosawa es uno de los mejores directores de la historia del cine y sus películas aún sirven de inspiración para los cineastas de hoy. 
Kurosawa, también versionaba a otros autores dando su toque. En Ran, trasladó al Japón feudal la obra del Rey Lear de Shakespeare.

Uno de los talentos de la industria del cine estadounidense es detectar las obras importantes de cada país y hacer sus remakes, aprovechando su mayor difusión. La cosa no queda ahí. Los actores, actrices y directores (y demás) que destacan en sus países por su cine son atraídos de igual forma para rodar sus películas. No hay que pensárselo mucho: el alcance y los presupuestos del cine americano son de gran ayuda. 
La única forma de que tu industria prospere es desarrollar el talento local y atraer al extranjero. 

Hay talento en todos los lugares y Hollywood lo sabe desde hace años. 


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