Red Riding (2009) es la adaptación para televisión de los libros de David Peace, Red Riding Quartet (basados en crímenes reales cometidos en Inglaterra). Es una miniserie (o películas) de 3 episodios de una media de 90 minutos de duración que cuentan la investigación (1974 - 1983) de los asesinatos cometidos por un asesino en serie llamado el Destripador de Yorkshire.
El formato de duración de Red Riding, tanto temporada como episodios, es igual al de otras series inglesas como Sherlock o Wallander, pero ésta tiene una única temporada.
No es una serie muy conocida y no ha gozado de la popularidad de True Detective. Si cuenta con actores muy conocidos hoy día: Andrew Garfield (antes de ser Spiderman), Sean Bean (antes de ser Eddard Stark) y Mark Addy (antes de ser Robert Baratheon) entre otros, destacan como rostros conocidos.
Vi la Red Riding hace unos años y este año he disfrutado de True Detective. En un principio no me percaté, pero a medida que avanza la trama de True Detective se me venía a la mente detalles de Red Riding.
Por supuesto, en Red Riding no hay ningún detective Cohle (Matthew McConaughey) con frases y reflexiones lapidarias (de hecho en Red Riding cada episodio tiene un protagonista distinto). Los parecidos son mas básicos.
Como puntos en común y, sin entrar en destripes, tenemos una investigación que dura varios años, niñas y niños desaparecen sin dejar rastro y algunos aparecen muertos con una puesta en escena particular, una comunidad cerrada llena de secretos, corrupción y, un plano algo más secundario que en True Detective, la religión.
Al igual que ocurría en los pantanos de Luisiana en Yorkshire parece que casos y desapariciones, en principio, inconexas comienzan a tener puntos en común y la cosa se va complicando cada vez más.
En Red Riding, los capítulos son autoconclusivos y en cierta manera son diferentes. Cada protagonista cierra su historia siempre de forma impactante para el espectador, dejándote con cara de circunstancia. En cada capítulo surgen diferentes tramas, pero siempre estará como referencia el Destripador de Yorkshire.
El aspecto religioso y sutil, aparece sobre todo en el título de los episodios. Un detalle a tener en cuenta.
En el primer episodio, "En el año de nuestro Señor 1974", unos padres junto con los policías del caso dan una rueda de prensa denunciando la desaparición de su hija de 10 años. Un joven periodista con hambre de éxito y primer protagonista, Eddie Dunford (Andrew Garfield) cubre el evento para su periódico. En un principio, motivado por su ansía de destacar se vuelca en la resolución del caso y, pronto, descubre similitudes entre la desaparición de la pequeña y otras ocurridas años atrás.
¡OJO! al personaje John Dawson interpretado por Sean Bean. Esta vez no va a caer tan bien.
El segundo episodio, "En el año de nuestro Señor 1980", el llamado Destripador de Yorkshire ha matado a doce mujeres en los últimos 4 años. Para dar un nuevo enfoque al caso se pone al frente de la investigación al detective Peter Hunter (Paddy Considine). Este episodio deja varios momentos para el recuerdo.
En el tercer y último episodio, "En el año de nuestro Señor 1983", John Piggot (Mark Addy) un abogado bonachón y no muy bueno en su trabajo cuyo padre fue policía en la ciudad, se verá inmerso en la investigación e intentará establecer conexiones entre una nueva desaparición, las ocurridas 10 años atrás y algunas muertes relacionadas con el destripador.
En los últimos años, el género de detectives ha pasado a ser un subgénero para las comedias románticas donde lo que mantiene en vilo al espectador es si los protagonistas se acabarán enamorando.
Red Riding pertenece al cine negro que tan bien sienta a este tipo de historia y que, de verdad, atrapa y perturba al espectador. No se necesitan 4 u 8 temporadas para contar una historia compleja con multitud de personajes y saltos en el tiempo.
Red Riding es la prueba de ello.
Contar mucho de esta serie, al igual que ocurre con True Detective, sería estropear la experiencia.
Hay que visitar Yorkshire para saber lo que esconde.
En los últimos años, el género de detectives ha pasado a ser un subgénero para las comedias románticas donde lo que mantiene en vilo al espectador es si los protagonistas se acabarán enamorando.
Red Riding pertenece al cine negro que tan bien sienta a este tipo de historia y que, de verdad, atrapa y perturba al espectador. No se necesitan 4 u 8 temporadas para contar una historia compleja con multitud de personajes y saltos en el tiempo.
Red Riding es la prueba de ello.
Contar mucho de esta serie, al igual que ocurre con True Detective, sería estropear la experiencia.
Hay que visitar Yorkshire para saber lo que esconde.
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